La mita de las habitaciones del centro serán individuales con posibilidad de reconvertirlas en dobles si es necesario
ANTONIO LÓPEZ CARTAGENA/ La Verdad
El nuevo hospital general costará un 20% más de lo previsto por Sanidad en un principio. La razón que argumentó ayer la consejera del ramo, María Ángel Palacios, es que el edificio estará equipado con las novedades tecnológicas más avanzadas en medicina, incluidas en el proyecto en los últimos meses, «porque queremos tener lo mejor en el nuevo hospital».
Las obras se adjudicaron en 86 millones de euros y los gastos ya ascienden a 107. Este presupuesto subirá aún más según avancen las obras, aseguró Sanidad. A este dinero hay que sumarle otros cincuenta millones que gastarán en equipamiento, explicó la consejera en una visita al centro para evaluar el estado de las obras, que dijo estarían finalizadas para enero o febrero del próximo año.
La consejera estuvo acompañada por los alcaldes de Cartagena, Fuente Álamo y La Unión, Pilar Barreiro, María Antonia Conesa y Francisco Bernabé, respectivamente. En la visita también estuvo presente el consejero de Sanidad de Madrid, Juan José Güemes, que dio una conferencia en el Colegio Oficial de Médicos y aseguró que se trata de un centro en el que se podrá «ejercer la medicina del siglo XXI».
Apoyo al Rosell
El nuevo centro tendrá más de seiscientas camas, pero la consejera dijo que ese número podría aumentar en caso de emergencias ya que el 40% de las habitaciones tendrán mayor capacidad.
Palacios anunció que hasta que los nuevos hospitales de Cartagena y el del Mar Menor no se pongan en marcha la división del área dos de Sanidad no se hará efectiva.
Por otro lado, la consejera mostró ayer su apoyo a los trabajadores del hospital Santa María del Rosell ante los últimos casos de presuntas irregularidades que han salido a la luz. «Atienden a una población muy superior a la que les corresponde y con una presión asistencial muy superior a la de cualquier otro hospital de la Región», señaló.
En este sentido añadió que «una cosa son las irregularidades, que ya se están investigando, y otra la profesionalidad de quienes trabajan en el Rosell, que no puede verse empañada de esta manera».
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