Abren una decena de negocios en el casco histórico para aprovechar el auge del turismo y a pesar de la bajada de las ventas un 30%
14.05.09 -
ANTONIO LÓPEZ CARTAGENA/ La Verdad
Son los hosteleros quienes menos miedo le tienen a la crisis. Los dueños de bares, restaurantes y cafeterías ven como a diario sus ventas caen hasta un 30% debido al descenso del consumo por la disminución del poder adquisitivo de los cartageneros. Pero a pesar de ello, lejos de echar el cerrojo a sus locales aguantan, e incluso muchos se lanzan a la aventura de abrir nuevos establecimientos aprovechando el tirón del turismo que tiene Cartagena. Una decena de bares y restaurantes han abierto en los últimos meses en el casco histórico. Sus dueños son jóvenes arriesgados que, o bien buscan una salida laboral, o bien siempre han estado ligados al sector de la hostelería y han optado por montar su propio negocio.
Este es el caso de los dueños de bares como el San Diego 17, en la calle de San Diego; la heladería La Jijonenca y el restaurante El Juglar Mudo en la Plaza del Rey, el Pórtico Romano, en Cuatro Santos, o el Viejo Almacén en la calle Campos. Otros se abrirán en la calle del Carmen.
«Lo que está claro es que no hay dinero para gastarlo en restaurantes caros, pero sí para tomar una cerveza con una tapa o un café», explicó el dueño de la cafetería San Diego 17, Carlos Grijalvo, que ha aparcado la construcción para ponerse detrás de una barra. Su última promoción es un bloque de pisos en la calle San Diego de los que dice no ha vendido ninguno, por la crisis.
Hace un mes se le ocurrió montar una cafetería en el bajo del inmueble. «Desde la estación de tren hasta el puerto no hay un local en condiciones para tomar un buen café o una caña», aseguró. Su intención es darle vida a la zona y, de paso, publicitar sus pisos.
El bar lleva abierto cinco días, y de momento dice que el negocio va bien. «Es demasiado pronto para hacer cuentas, pero conforme sea más conocido, la gente vendrá más», dijo Grijalvo. El futuro lo ve con optimismo: «Saldremos de la crisis fortalecidos».
En la Plaza del Rey
Un caso similar al de Carlos Grijalvo lo protagoniza Guillermo Salvatori, un argentino llegado desde Inglaterra, que a finales de marzo abrió el restaurante El Juglar Mudo en la Plaza del Rey. Tiene 35 años y ha trabajado en hoteles de medio mundo. Con la crisis se quedó sin trabajo y decidió montar un negocio por su cuenta. «Quería tener un bar propio. Vi hasta quince locales y al final me decidí por éste. El nombre es lo que más llama la atención a la gente. La idea surgió porque el local está ambientado en la Edad Media», aseguró.
El futuro, según este hostelero, es prometedor, porque «como no he conocido tiempos mejores me amoldo a lo que hay. De momento me va bien. Estoy contento y me salen las cuentas». Tanto es así que ya se está planteando abrir otro negocio en Cartagena, pero para eso «la economía tiene que mejorar un poco».
La Plaza del Rey también ha sido el escenario elegido por Luis Fuster, de 24 años de edad, para abrir otro local, de los tres que ya tiene en Cartagena -calle Príncipe de Asturias y Ciudad Jardín-. Es una heladería y se llama La Jijonenca. «Hay que estar muy loco para abrir ahora un negocio, pero el que no lo intenta no triunfa».
Fuster prevé a corto plazo un «futuro muy negro», para poder sobrevivir, pero que a medio y largo plazo la ventas volverán a remontar. «Espero que el verano que viene sea mejor que el pasado. Aunque no está acompañando el tiempo, creo que podremos recuperarnos algo de la bajada de la ventas», señaló.
Muchos funcionarios
Otra de la zonas escogidas por los valientes empresarios para abrir sus negocios son las calles Cuatro Santos y Campos, en pleno corazón de Cartagena. Quieren aprovechar el tirón que tendrá la próxima apertura del edificio administrativo de la calle San Miguel, donde trabajarán casi mil funcionarios. Con tan solo 21 años, Alba Cegarra abrió hace cinco meses el bar-cafetería Pórtico Romano. Sus principales clientes son vecinos de la zona y gente que acude a diario al edificio de Hacienda. «Yo comencé ya en plena crisis y por lo tanto no he notado bajada en las ventas. Cuando la situación económica mejore supongo que aumentarán y el negocio irá mejor».
Otro local abierto en las últimas semanas es la cervecería El Viejo Almacén, en la calle Campos, que también aprovechará el movimiento de personas que atraerá la apertura del edificio administrativo después del verano.
A todos ellos hay que unirle la reapertura a principios de este año de la cafetería Real en la calle Real. De los que han abierto a los que abrirán. Más bares y restaurante se preparan para abrir sus puertas en la Plaza del Icue, de los dueños del restaurante La Raspa y en la zona del ensanche. Y es que la hostelería es el único sector que aún aguanta bien la crisis gracias al turismo.
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