Los padres se habían acomodado a vivir solos con ajustadas pensiones, con las que ahora han de mantener a varias familias
La Opinión
ANDRÉS TORRES La crisis económica no entiende de edades y las personas mayores no escapan a los efectos del descalabro económico que afronta la sociedad. En este sentido, el concejal de Atención Social, Antonio Calderón, destacó ayer que se han detectado numerosos casos de personas mayores que han visto cómo sus hijos que estaban independizados, han tenido que regresar al hogar de sus padres con la familia al completo al quedarse en el paro.
El problema -explica Calderón- es que estas personas se ven obligadas a ajustar sus escasas pensiones al máximo para poder acoger de nuevo a sus hijos en el hogar familiar.
Calderón reconoció las limitaciones que desde del Ayuntamiento tienen para ayudar a los mayores ante estas situaciones, aunque indicó que tratan de que las ayudas para el alquiler y las que prestan desde Servicios Sociales contribuyan a que lleven mejor esta situación.
"La mayoría de ellos son jubilados que vivían con su esposa y que estaban acomodados, pero que ven como el regreso de sus hijos con la familia completa a casa les obliga a replantearse su situación económica", subrayó el edil.
Precisamente, son los propios mayores los que ayudan a sus coetáneos en dificultades gracias al programa de voluntariado específico que puso hace escasos seis meses el Ayuntamiento y al que ya se han inscrito en torno a 25 voluntarios, que no sólo ayudan con recursos materiales, sino que también aportan su tiempo para acompañar a quienes lo necesitan, para atender a discapacitados o, sencillamente, para organizar actividades de ocio.
"Existe mucha inquietud y muchas ganas de colaborar entre las personas mayores y por eso este programa de voluntariado no ha parado de crecer desde que lo iniciamos", subrayó Antonio Calderón.
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