25.04.11 - MARÍA DOLORES DE LA VIEJA MARIADOLORESDELAV@MSN.COM/ La Verdad
Las barracas aguantaron el chaparrón con las mesas a rebosar, mientras las ollas de morcillas y las sartenes con paparajotes echaban humo
Algunas de las barracas tenían todas sus mesas ya reservadas desde primera hora y había que hacer cola para poder almorzar las 'delicatessem' huertanas. :: NACHO GARCÍA/AGM
Las cuarenta y cinco barracas huertanas que hay diseminadas por la ciudad y su entorno abrieron ayer sus puertas y pronto sus comedores y barras se vieron abarrotados de público. La gente parecía ansiosa por iniciar la degustación de la rica gastronomía murciana y tan pronto se acercó la hora del aperitivo las barracas ubicadas en el jardín del Malecón, como las de otras zonas, fueron el punto de cita y encuentro para iniciar la celebración de las Fiestas de Primavera. Entorno al mediodía la lluvia hizo acto de presencia en la ciudad, desluciendo la apertura de las barracas, pero como los huertanos tienen acondicionados sus comedores e instalaciones con una techumbre protegida por plásticos, la gente hizo caso omiso del inoportuno chaparrón y ocuparon las mesas para comer sin problemas.
Andrés Gómez, presidente de la peña El Almirez de Santo Ángel, aseguró que en su barraca, situada frente al Almudí, tenían el comedor completo a las 14 horas, con peticiones de reserva para una segunda ronda. Mientras, en la cocina, Cecilia Moreno y su hija Cecilia Castillo daban los últimos toques a la sartená de zarangollo que habían preparado, Mari Carmen Moñino aderezaba una paella para treinta raciones y Pepita Tortosa, la más veterana de la peña, pelaba ajos, después de haber acabado de cocinar una buena olla de michirones.
En otro punto de la cocina un grupo de socios pelaba patatas y Santina López aviaba la vajilla y sartenes en el fregador, asegurando que ella estaba dispuesta a realizar cualquier tarea desde la fregaza a los paparajotes o al café de olla. Para todos la aparición de las primeras gotas de lluvia fue un mal presagio, aunque sabían que si las nubes no apretaban demasiado, no había riesgo de mojarse.
El mismo ambiente se respiraba en el resto de barracas huertanas situadas en la zona del Malecón. Los de la peña El Apio de Patiño también estaban bastante ajetreados preparando tortillas de patatas, lomos y otras chacinerías en la plancha, mientras miraban al cielo y observaban como la gente iba llegando para ocupar las mesas, sin temor al aguacero.
En las instalaciones de la peña La Horqueta, un cartel pegado al tronco de un árbol anunciaba que los platos del día eran guiso de trigo, y arroz con magra, con conejo o con verduras, entre esas tres variantes se podía elegir. Los de la peña La Contraparada habían situado una especie de quiosco en su entrada, donde Pilar López y Anastasia Pérez se afanaban en freír paparajotes. La gente se quedaba mirando cómo envolvían la hoja de limonero en la fina masa y luego la introducían en el aceite hirviendo, hasta que los paparajotes adquirían su tono dorado característico. Entre los miembros de la peña estaba Alicia Barquero, ex reina de la Huerta y candidata del PP en la lista de Cámara a la Alcaldía, bandeja en mano sirviendo mesas. Para comer había caldo con pelotas, mondongo y arroz con conejo, entre otras exquisiteces huertanas.
Entre el público que acudió a las barracas se veía a bastantes extranjeros que miraban todo sin comprender demasiado, pero dejándose arrastrar por los aromas que se desprendían de los ventorrillos se iban posicionando en barras y comedores, siguiendo la máxima de «allá dónde fueres, haz lo que vieres» y la verdad es que enseguida se ambientaban pidiendo de una u otra cosa, y se mostraban encantados con los resultados. También había familias y grupos de amigos que se habían desplazado desde otras localidades de España. Unos porque tienen familia o amigos en Murcia y tenían conocimiento de lo bien que se come en esta tierra, otros venían en plan turista, pero enseguida se familiarizaban, como un grupo de jóvenes de Elche que acudieron a la peña El Apio, done se dejaron fotografiar encantados.
Desde pueblos y pedanías también se desplazaron grupos familiares para comer en las barracas, como la familia Peñalver-Olmos, de Puente Tocinos y de Torreagüera, que se juntaron para comer en las instalaciones de la peña Los Güertanos, disfrutando todos unidos del primer día de Fiestas de Primavera.
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