sábado, 16 de abril de 2011

Sancionan a 2.000 padres por errores y trampas en la solicitud de colegio

Educación 'castiga' a las familias que falsean los datos o cometen fallos, relegándoles a la cola del proceso de admisión 

16.04.11 - 02:32 - 
Si está interesado en conocer qué tipo de triquiñuelas son capaces de realizar algunas familias para que sus hijos logren plaza en el colegio que más les agrada, haga la prueba. Pregunte con discreción entre los padres y madres congregados en los parques infantiles, o indague por los foros de Internet.
Las trampas más recurrentes son un secreto a voces que muchos conocen pero, curiosamente, nadie pone en práctica: alergias ficticias, cambios de domicilio repentinos, declaraciones de la renta 'amañadas' y hasta divorcios fingidos que sirven para sumar puntos 'falsos' en el baremos que la Consejería de Educación utiliza para asignar las plazas. Para algunos padres no hay límites a la hora de conseguir un hueco en el colegio deseado, y aunque es probable que muchos logren su objetivo, también lo es que todos los cursos centenares de familias que lo pretenden salen 'escaldadas' del intento.
La Consejería de Educación detectó el pasado curso (este año no se ha completado aún la adjudicación de plazas) irregularidades en las solicitudes de 1.955 padres de alumnos de primer curso de Infantil, casi un 30% menos que el año anterior, cuando los técnicos de la Administración que cotejan los datos sorprendieron 'in fraganti' a más de 3.000 familias que incurrieron en errores o incoherencias en la presentación de la documentación requerida para asignar los puntos. El mayor control por parte de la Administración sobre el proceso de selección, la concienciación de las familias y el temor a ser sorprendidos en falta están detrás del descenso de irregularidades. La Consejería de Educación prefiere en cualquier caso conceder el beneficio de la duda en todos los casos, y deja abierta la posibilidad a que se trate de errores involuntarios por parte de las familias o retrasos en la cumplimentación de la documentación, y no de trampas.
Haya o no intención, la penalización a los padres que no tienen la documentación presentada en regla es la misma que se aplica a quienes falsean datos: las solicitudes de plaza pierden automáticamente todos los puntos, y los escolares se tienen que contentar con la plaza que se les asigne la repesca, cuando sólo quedan puestos libres en los colegios menos valorados. Es decir, pasan a la cola del proceso de admisión y son los últimos en elegir.
La Consejería de Educación detecta la mayoría de las 'trampas' al cruzar los datos y documentos aportados por los padres junto a su solicitud, con los disponibles en otros organismos, por ejemplo, el padrón municipal o Hacienda. El baremo para asignar plaza en colegios públicos y concertados se fija atendiendo a la proximidad del domicilio o lugar de trabajo de los padres, los hermanos ya matriculados, la renta, alguna discapacidad o la condición de familia numerosa.
Como el lugar de residencia o de trabajo es la circunstancia que más puntos da en el baremo, hasta cinco, el cambio ficticio del domicilio familiar es la 'trampa' más utilizada. Los padres empadronan al escolar (o a toda la familia) en la vivienda de algún familiar o amigo que resida en el área que tiene asignado el colegio deseado y logra así los cinco puntos. La Administración ha tratado de frenar esta práctica reclamando más documentos que justifiquen el domicilio, como los recibidos de la luz y el agua, y exige además que el cambio de domicilio sea anterior a la apertura del proceso de adjudicación de plazas, en marzo.
La renta familiar concede medio punto del baremo a quienes puedan acreditar bajos ingresos, y algunas matrimonios realizan la declaración por separado para presentar sólo la que más convenga. Los padres que realizan esta práctica tienen muchas posibilidades de ser 'pillados', ya que Educación cruza los datos con Hacienda, y si las cuentas no casan, salta la alarma. Rebasando ya los márgenes de la legalidad, otras familias llegan a presentar certificados médicos falsos para lograr los puntos que el sistema otorga a quienes padecen minusvalías o discapacidades.
A pesar de que los controles son cada año más exhaustivos, la Administración no dispone de medios para investigar la veracidad de las más de 16.000 solicitudes de plaza que se presentan todos los cursos. Los padres de alumnos, entre tanto, recuerdan a las familias que «haciendo trampas se juegan el futuro de sus hijos», e insisten en que las incidencias van en descenso porque cada año «está peor visto no cumplir la norma».

LAS TRIQUIÑUELAS

1Empadronamiento. El domicilio familiar o de trabajo otorga hasta cinco puntos. Algunas familias se empadronan en un domicilio diferente al suyo real (de sus padres, algún amigo) para conseguirlos.
2Doble solicitud. La solicitud de plaza sólo puede presentarse en el centro elegido en primera opción. Algunos padres presentan varias solicitudes en diferentes colegios.
3Declaración de la renta.El padre y la madre realizan declaraciones separadas y presentan sólo la que más les conviene para lograr el medio punto que se otorga a las rentas bajas.
4Enfermedades o discapacidades simuladas. Algunas familias llegan a presentar certificados médicos falsos para conseguir el medio punto que el baremo concede por discapacidad del alumno o de sus padres.
5Demandas de divorcio. Ser familia monoparental otorga un punto en otras comunidades, lo que lleva a algunos padres a presentar una demanda de divorcio que retiran una vez completado el proceso.

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