Un gol de Cristiano Ronaldo en el 112' corona al R. Madrid 17 años después
Mourinho justifica su fichaje ganando de forma inteligente en un choque épico
El Barça no fue nunca capaz de materializar su posesión en ocasiones de gol
Radio Televisión Española
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FELIPE FERNÁNDEZ - (Enviado especial a Valencia)
20.04.2011
Haciendo gala de su filosofía, justificando su fichaje, ganando títulos y recibiendo el manteo de los suyos; así ha hecho Mourinho y su equipo el regalo que le faltaba a su presidente Florentino Pérez: la Copa del Rey. [Así ha sido el FC Barcelona 0-1 Real Madrid]
Después de 120 minutos de una tensión increíble, el Real Madrid ha logrado ganar la Copa del Rey 17 años después gracias a un solitario gol de Cristiano Ronaldo en el minuto 12 de la prórroga. El luso ha sido otro de los que ha podido reivindicarse apareciendo en el partido más importante que ha jugado desde que es jugador blanco.
El FC Barcelona en cambio no ha jugado de forma tan inteligente como el equipo blanco y se ha visto demasiado entorpecido a la hora de materializar en ocasiones su dominio de juego. Por vez primera, Pep Guardiola pierde una final como entrenador blaugrana y es que una muestra de su mal día es que su equipo hizo el primer tiro sobre la puerta deCasillas en el minuto 74.
Puyol y Ozil, las novedades en las alineaciones titulares
De todo lo que se había hablado sobre las alineaciones titulares, pocos hubieran acertado con la titularidad de Mascherano como central en compañía de Pique y con la inclusión de Cristiano Ronaldo como el jugador más adelantado.
Los primeros compases del partido fueron de tanteo, de respeto por parte de un equipo hacia el otro, porque la estampa que ofrecía Mestalla era inigualable, digna de una final entre los dos mejores equipos del mundo.
El equipo de Mourinho tenía bien aprendida la lección de su entrenador y por eso cedió con gusto el balón al Barça. El equipo de Guardiola recogía el guante pero le costaba enlazar jugadas y penetrar en el trivote que comandaba Pepe en el medio.
La primera ocasión de peligro real de la final llegó en el minuto 12 sobre la portería de Pinto. Pasaban los minutos y el Madrid se encontraba cada vez más cómodo. La primera media hora de partido fue la más plácida que recuerdan los aficionados merengues frente al Barça en las últimas tres temporadas, desde que Guardiola es entrenador.
La batalla no estaba solo en el campo. Las dos aficiones rivalizaban en cada minuto por hacer que sus cánticos sonaran más altos que los de la grada.
En el minuto 25 vio la amarilla Pepe tras una falta más que rigurosa y el partido se encendió a partir de entonces. La tensión se reflejaba en cada disputa por el balón como así se vio en una trifulca entre Arbeloa y Villa, dos amigos en teoría.
En ese ambiente hostil que había, el Real Madrid nadaba como pez en el agua y las únicas llegadas de peligro eran suyas. De nuevo fue Ronaldo el que se quedó solo delante de Pinto en el 31 pero de nuevo fue incapaz de enganchar el remate. El Barça sufría en exceso que Messi e Iniesta no participaran absolutamente nada en el juego de ataque.
La ocasión más clara del primer tiempo enmudeció a la grada blaugrana y es que Pepe estrelló en el palo un cabezazo en el 44' cuyo rebote se escuchó desde el gallinero de Mestalla.
Los datos con los que el Barça se fue al vestuario lo decían todo. Posiblemente fuera la primera vez desde que Guardiola dirige al equipo que en 46 minutos no hubiera habidoni un solo disparo a puerta. Tan solo tres llegadas al área madridista. Conclusión: gracias que ha salido vivo porque el ritmo de los blancos tendría que bajar tarde o temprano.
Un Barça diferente tras el descanso
La segunda mitad parecía diferente, algo se notaba y es que Xavi e Iniesta comenzaban a entenderse. En los primeros diez minutos, el equipo culé asustó más al Real Madrid que en toda la primera parte.
Era una nueva partida de ajedrez en la que los decibelios subían y en la que los jugadores principales, Mourinho y Guardiola estaban obligados a mover pieza. Los dos lo sabían y no eran capaces de sentarse en el banquillo. En esos momentos llegó el primer gol del partido de Villa pero Undiano Mallenco invalidó la jugada por fuera de juego.
El primero de los movimientos lo ejecutó el luso con la sustitución de un desfondado Ozil por Adebayor. Se necesitaba aire fresco arriba y sobre todo a alguien que aguantara el balón y permitiera a los compañeros incorporarse.
Eran los peores momentos para el Madrid. Llegó por fin el primer tiro a puerta del Barça, corría el minuto 74, y Casillas tuvo que aparecer. Al minuto siguiente fue Pedro el que la tuvo pero su tiro se fue por encima de la portería blanca.
Los últimos cinco minutos fueron una auténtica agonía, tanto para el madridismo que no lo veía claro como para el barcelonismo porque el gol que sentenciaría a su favor la final no acababa de llegar.
Todo quedaba pospuesto para el desenlace de la prórroga
Sin cambios, con los once guerreros sobre el campo, así se abría una media hora en la que la resistencia física sería clave para el devenir de la final.
Los guiones de cada combatiente se cumplían al dedillo. El Barça no tenía prisa y elaboraba todo lo necesario mientras que el Madrid tampoco tenía prisa pero porque veía que los penaltis podrían serle favorables.
Eso o una contra como la que tuvo CR7 en el minuto siete. Xabi la metió al hueco y Cristiano le ganó a Adriano en velocidad, era la oportunidad soñada pero el tiro cruzado raso pasó del segundo palo y la grada culé respiró de nuevo.
El portugués había sido el protagonista de todas las ocasiones merengues y el gol se le resistía, como siempre que juega contra el Barça (salvo en el último en el que mojó), y a la enésima la cazó. Corría el minuto 12 de la primera parte de la prórroga y Marcelo robó un balón en la salida blaugrana, la abrió a la izquierda para que Di María centrara al primer toque y la figura del crack portugués emergió en el área para batir a Pinto con un cabezazo certero.
En el descanso de la prolongación hizo Guardiola su primer cambio al retirar a Villa y dar entrada en el campo al holandés Afellay. Y a los dos minutos el segundo cambio: Keyta por Busquets.
Lo único que necesitaba el Madrid era defender de la misma forma que lo había hasta ese momento y no complicarse. Su público lo sabía y no calló de cantar el típico ‘Cómo no te voy a querer’ más fuerte que nunca mientras el juego se volvía bronco, perdiéndose un minuto en cada falta que pitaba el árbitro.
A la desesperada Pique se fue arriba a lo Alexanco con Keyta y la retaguardia quedó descubierta jugándose el Barça el todo por el todo. Estuvo cerca la sentencia blanca en una jugada individual de Adebayor que sacó Pinto a falta de tres minutos pero la gloria ya estaba conquistada.
Para acabar, Di Maríavio la tarjeta roja para que su entrenador continuara con su tradicional racha de acabar con 10 siempre que se enfrenta al Barça y le proporcionauna moral muy valiosa de cara a las semifinales de Champions en las que en menos de una semana se volverán a verse las caras Barça y Madrid, Mourinho y Guardiola.
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