Dos pescadores aficionados que fueron a Calblanque a pasar el día festivo se encontraron los cadáveres junto a una zona de rocas
13.10.11 - 00:35 -
«He visto atrocidades en la carretera, porque soy camionero, pero lo de esta mañana (por ayer) me ha puesto los pelos como escarpias». Alonso Campoy acudió ayer a pescar con la carnaza que le había sobrado del día anterior. «Eran las ocho menos cuarto. Apenas había colocado la caña junto a las Salinas del Rasall, aquí en Calblanque, cuando he visto un bulto negro hacia el este. Creía que era un bidón que algún desaprensivo había tirado al mar. Luego, lo he visto cabecear hacia fuera y como la marejada lo volvía a traer a la costa, me he acercado y he visto una figura. Pero he caído en la cuenta de lo que era y el estómago me ha dado un vuelco», contó Campoy echando la mirada al suelo. Era lo que quedaba de uno de los tres cadáveres que la Guardia Civil buscaba desde el pasado jueves y que, según las fuentes consultadas, echaron de menos los supervivientes de una de las pateras apresadas la semana pasada.
Su hallazgo, el día de la Hispanidad, se produjo gracias a Campoy y a un compañero de afición. «El que yo he descubierto tenía la cabeza casi sin pelo y la espalda ennegrecida y pelada», recordaba, con un escalofrío. Aunque fuentes cercanas al dispositivo de búsqueda de la Benemérita indicaron que la descomposición en el mar tiende a ennegrecer la piel de los cadáveres, reconocieron que, casi seguro, se trataba de los tres hombres a los que se echó de menos en una de las embarcaciones. Fuentes de la Delegación del Gobierno confirmaron que los interrogatorios a los ocupantes de una de estas pateras revelaron que los que iban en ellas echaron en falta, al llegar a la costa, a tres personas.
El dispositivo de búsqueda ordenado por la Delegación del Gobierno se activó de inmediato en la latitud y longitud en la que fueron halladas las embarcaciones en cuestión. Los agentes llevaban peinando el litoral durante una semana cuando Alonso Campoy y otro pescador alertaron al 112, ayer, antes de las nueve de la mañana, de la presencia de dos de los cadáveres. «Tras recibir la llamada, avisamos a Salvamento Marítimo y a la Guardia Civil», explicó el director regional de Emergencias, Luis Gestoso.
«No había pasado un cuarto de hora de mi llamada cuando vi cómo llegaban los coches del 112. Luego divisé la patrullera de la Guardia Civil que acudía desde Cartagena. Primero pasó de largo y se dirigió hacia Cabo de Palos. Luego volvió justo cuando se hacía visible enfrente de mí otro bulto parecido al que había visto antes. Éste estaba una milla de la costa. Entonces escuche cómo decían por radio: 'Hemos encontrado al segundo'».
El tercero, descubierto por Campoy, seguía varado a unos veinte metros de la costa hasta que los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil lo extrajeron del agua. Hubo que esperar a a la llegada del forense para que hiciera el levantamiento del cadáver, a las doce y media.
«Se ahogan; no saben nadar»
Fue el testimonio de los ocupantes de una de las pateras apresadas la semana pasada, el que permitió saber que tres de sus 57 ocupantes se habían quedado por el camino. «El cabeceo, o las ansias de llegar a la costa, hacen que algunas de esas personas caigan al agua. La desgracia es que la mayor parte de ellos no sabe nadar. Se hunden como piedras y apenas sobreviven unos minutos. No hay nada que se pueda hacer», indicaron fuentes del dispositivo de búsqueda de la Benemérita. A las razones dadas por las fuentes consultadas en la Guardia Civil se une el cansancio acumulado en estas personas, tras la larga travesía desde sus países de origen, que contribuye a que se caigan y perezcan ahogados.
Sin embargo, la obligación de la Delegación del Gobierno era poner en marcha el dispositivo de rescate para encontrar los cuerpos. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil y los profesionales del GEAS se movilizaron rápidamente. El primer hallazgo, a poco más de una milla de la otra, precedió al avistamiento de Campoy. La lancha de la Guardia Civil que acudió a la zona encontró otro cuerpo también a unos cientos de metros mar adentro, en la misma zona de Calblanque.
A la espera de que el Instituto de Medicina Legal haga las comprobaciones pertinentes, las fuentes consultadas dieron por hecho que se trata de un caso más de ahogamiento de inmigrantes que llegan a la costa a bordo de pateras.
Y no es la primera vez que los ocupantes de una de estas embarcaciones relatan que algunos de sus compañeros se han quedado por el camino. Si ha sido cerca de la costa, la mayor parte son hallados o aparecen en alguna playa. Si no, los peces y la descomposición en el mar suelen acabar con sus restos
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