sábado, 25 de abril de 2009

Un aluvión de peticiones de ayuda por la crisis satura Servicios Sociales

Antonio López/ Cartagena/ La Verdad Las reclamaciones de subsidios, trabajo y vivienda en la Concejalía suben un 23% en lo que va de año Calderón: «Vienen personas que no te imaginas» Las necesidades básicas de los ciudadanos aumentan cada día más por el ascenso vertiginoso del número de desempleados debido a la crisis económica que azota el país. Tanto es así que los técnicos de las oficinas de los servicios sociales municipales se están viendo desbordados, en los tres últimos meses, por el aumento de cartageneros que acuden en busca de algún tipo de ayudas, sobre todo, económica, laborales y de vivienda. En las dieciséis oficinas municipales de Servicios Sociales repartidas en barrios y diputaciones, el numero de visitas durante los meses de febrero y marzo se incrementaron un 23% con respecto a las mismas fechas del pasado año, según los datos aportados por el Instituto Municipal de Servicios Sociales. En las oficinas, denominadas Unidades de Trabajo Social (UTS), trabajan alrededor de 150 personas (un trabajador social en cada una de ellas) que se ven desbordado ante la avalancha de ciudadanos que acuden a diario a pedir ayuda. Esto provoca que tengan que hacer horas extras para poder atender a todos. «Están a tope», confirmó el concejal de Atención Social, Antonio Calderón. La causa principal es la crisis económica que está provocando cambios en las demandas sociales. Las solicitudes de ayudas económicas para pagar el alquiler de una vivienda, las peticiones relacionadas con los procesos de inserción laboral o asistencial a los más necesitados son las demandas que más han aumentado en los últimos meses. Perfil de los demandantes «El perfil de los demandantes ha cambiado bastante. Ahora llegan personas que nunca hubieras imaginado. Ciudadanos que se han quedado en paro y no tienen ningún tipo de ayuda social. Personas mayores que se han visto obligados a realojar a sus hijos en su casa», explicó Calderón. En su mayoría son hombres, mayores de 30 años, desempleados, con cargas familiares tanto de mayores como de menores, y con escasos recursos económicos. Se trata de personas inmigrantes, pero en su mayoría españoles. «Es un drama. El número aumentará cuando llegue el verano. La carga de trabajo de los trabajadores sociales es muy importantes pero su labor es encomiable. Muchas veces no se puede solucionar el problemas que les plantean, pero con el simple hecho de escucharles ya se sienten mejor», dijo Calderón. Entre los servicios que ofrecen estas oficinas están el de asesoramiento, ayuda económica o la inserción en programas de formación o atención psicológica. También asisten a personas mayores, inmigrantes, familia y personas con discapacidad, así como a transeúntes y personas sin techo.

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