Actuaban con gran violencia, armados y con el rostro oculto, y se llevaban el dinero de cajas y máquinas
D. C. M./ La Opinión
La Guardia Civil ha logrado descabezar la organización que durante varios meses mantuvo en jaque a los habitantes de la zona del campo de Cartagena. Los investigadores consideran que el detenido -un joven de 23 años y de nacionalidad marroquí al que consideran como el cabecilla de esta peligrosa banda- cometió, al menos, una veintena de asaltos en viviendas, locutorios, gasolineras, restaurantes o cafeterías. Los agentes, de momento, han fijado el valor de los efectos robados en cerca de 200.000 euros.
La investigación -denominada 'Covadonga' y que se inició a principios de año ante la oleada de robos en el campo de Cartagena- se ha visto dificultada por las fuertes medidas de seguridad que adoptaban los integrantes de la banda.
Una de las medidas que les caracterizaba era la movilidad a la hora de elegir sus golpes -que van desde El Algar, en Cartagena, hasta Santomera e incluso la zona de Alicante-. Además, empleaban siempre un 'coche lanzadera' que les precedía cuando iban a cometer un robo para darles cobertura y evitar así ser sorprendidos.
El 'modus operandi' de los miembros de la red -todos ellos de origen magrebí- era siempre el mismo y recordaba a la forma en la que actuaba un conocido delincuente al que las Fuerzas de Seguridad apodaban 'el Ronaldo' por su parecido con el jugador de fútbol brasileño. De hecho, los investigadores no descartan que entre los miembros de esta banda pueda haber alguno de los que acompañaban al 'Ronaldo'.
En primer lugar, los miembros de la banda robaban un vehículo -generalmente de alta gama-, al que le cambiaban las placas de matrícula, y que empleaban para cometer los asaltos. Entre sus objetivos preferidos estaban las gasolineras y áreas de servicio, restaurantes, cafeterías o almacenes. Una vez elegido el objetivo, irrumpían ocultando sus rostros con capuchas, gorras o pasamontañas y con guantes, además de vestir siempre ropas oscuras para que no se les pudiese reconocer. Una vez dentro -armados con palos, bates de beisbol, cuchillos, esprays o armas de fuego- actuaban con gran violencia y contundencia para intimidar a sus víctimas y asegurarse de que no reaccionarían.
Su botín preferido era el dinero en metálico que obtenían de las recaudaciones de las cajas registradoras, máquinas recreativas, dispensadoras de tabaco y de cambio, además de los efectos personales de propietarios y clientes.
Entre el botín recuperado en un almacén de Balsicas, la Guardia Civil localizó nueve coches, además de armas prohibidas y numerosa documentación relacionada con la organización. El detenido, que usaba dos identidades distintas y tiene numerosos antecedentes penales y policiales, ha sido considerado autor de más de una veintena de asaltos ocurridos entre finales de noviembre y mediados de marzo en pedanías como Valladolises, Cañada Hermosa, Sucina (dos el mismo día), Los Martínez del Puerto, Gea y Truyols, Murcia capital o Fuente Álamo (también dos en una noche en cada una).
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