Crece la presión sobre el Ejecutivo por el temor a que las turbulencias regresen a los mercados si rechaza el «salvavidas»
19.09.12 - 00:50 -
IÑAKI CASTRO | BRUSELAS./ la Verdad
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió ayer de que España deberá asumir condiciones «muy duras» si finalmente pide el rescate. El primer ministro luxemburgués precisó que estas exigencias obligarán al Gobierno a esforzarse al máximo en el cumplimiento del déficit y en la puesta en marcha de reformas estructurales. Las advertencias del líder comunitario emergieron en otra jornada marcada por las presiones para que el Ejecutivo de Mariano Rajoy solicite el «salvavidas». Un miembro del BCE y el director de la mayor asociación mundial de la banca alertaron del riesgo de nuevas turbulencias en los mercados si la petición no llega pronto.
Juncker, que dejará su puesto al frente del Eurogrupo a finales de año, sorprendió con su contundencia apenas unos días después del último encuentro de los ministros de Finanzas de la moneda única. Al término de la cita, celebrada el viernes y el sábado en Chipre, el jefe de Gobierno luxemburgués insistió en que España debía tener preparadas nuevas medidas de ajuste por si se producían desviaciones en el déficit. En su intervención también desveló que el Ejecutivo de Mariano Rajoy presentará a final de mes un plan nacional de reformas que fue confirmado poco después por Luis de Guindos. Sobre el rescate, los asistentes al encuentro negaron cualquier tipo de negociación y dejaron en manos de España la decisión definitiva.
El jefe del Eurogrupo no se pronunció sobre las condiciones del salvavidas, pero el comisario de Economía remarcó que ya se conocían de antemano. Olli Rehn se refirió así a la necesidad de respetar el déficit a rajatabla y a la imposición de plazos vinculantes a las recomendaciones de la Comisión. Precisamente, De Guindos colocó a España en posición de cumplir con estas exigencias al desgranar el plan de reformas. Según detalló, estas medidas se basarán en las directrices comunitarias y contendrán fechas concretas para su aplicación. El ministro de Economía no detalló los posibles cambios, pero Bruselas quiere que las pensiones se ajusten a la esperanza de vida y los parados tengan que acudir a cursos formativos para acceder al subsidio.
Juncker tampoco aclaró ayer dónde se le exigirían más esfuerzos a España. Solo constató que serían «muy duros» tanto en el ámbito fiscal como en el de las reformas. El líder comunitario se expresó así en una entrevista con la televisión pública de Baviera. El próspero 'land' alemán se mostró muy crítico con los rescates de los países periféricos y con el plan del BCE para comprar deuda. En unas recientes declaraciones, el ministro regional de Economía lamentaba que el banco central vaya a «financiar» a los socios en apuros. «Empieza a parecerse al FMI», agregó. La petición del salvavidas se traduce en una ayuda de la zona euro, pero también desencadenaría la intervención del BCE en los mercados.
El jefe del Eurogrupo desveló su postura sobre la unión bancaria. Ese proyecto, que busca dotar a la zona euro de un supervisor común para el sector financiero, amenaza con retrasarse por la división de los socios. Alemania, en un gesto que inquieta a los mercados, ha descartado que pueda estar listo a principios de año y reclama que sus poderes se limiten a las entidades sistémicas. Juncker, que en su país cuenta con una potente banca, avaló las tesis germanas y abogó por proceder con mayor calma para garantizar que el vigilante único sea un éxito.
Las palabras del líder comunitario destacaron en otra jornada dominada por el debate sobre el rescate español. Pese a que algunos expertos habían especulado con la posibilidad de que el Gobierno se librara de pedir auxilio, las opiniones en la dirección opuesta son cada vez más fuertes. El presidente del Banco Central belga, Luc Coene, auguró que el Ejecutivo no tendrá más remedio que solicitar ayuda porque «la prima de riesgo no tardará mucho en subir».
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