El hostelero, ingresado en La Arrixaca a la espera de que lo atienda un neurocirujano, cayó de espaldas y se golpeó con el pico de un escalón
14.09.12 - 01:09 -
J. M. V. / G. M. P. | CARTAGENA./ La Verdad
Una discusión laboral estuvo a punto de acabar en tragedia el miércoles por la noche en el bar Levante de la calle del Cañón. El dueño de ese establecimiento, Francisco Javier Barberá, de 50 años, trata de superar en la Arrixaca de Murcia las consecuencias de un grave traumatismo craneoencefálico que sufrió después de recibir un fuerte empujón del cocinero que había trabajado para él durante los últimos años y dar con su cabeza contra un escalón.
Los hechos ocurrieron poco después de las diez de la noche, cuando el hostelero preparaba el cierre del negocio tras una jornada con escaso movimiento. Según las primeras investigaciones, el cocinero se presentó en su antiguo trabajo con la intención de hablar sobre el finiquito que recientemente firmó para poner punto y final a una relación laboral que había durado cuatro años. Los dos hombres terminaron discutiendo en la misma puerta del establecimiento y el cocinero, de unos treinta años de edad y complexión fuerte, dio un empujón a su antiguo jefe. Barberá cayó de espaldas hacia el interior y se dio con el pico de uno de los escalones que salvan el desnivel que hay entre la calle y el local.
Según testigos presenciales, el hombre perdió el conocimiento y comenzó a sangrar por un oído. En cuestión de pocos minutos, llegaron al bar agentes de la Policía Nacional y una ambulancia del 061.
Familiares del herido explicaron ayer a 'La Verdad' que Francisco Javier fue trasladado al servicio de Urgencias del Hospital Santa Lucía. Aparentemente solo sufría contusiones y su estado no era tan grave como parecía, les dijeron los médicos. Sin embargo, sobre las dos de la mañana fue derivado a la Arrixaca para que fuese atendido por un neurocirujano. Anoche seguía en el hospital murciano pendiente de una valoración definitiva y es muy probable que tenga que ser operado en las próximas horas.
El camarero permanece detenido en los calabozos de la comisaría a la espera de que los investigadores terminen de aclarar todos los detalles sobre lo sucedido en el bar y también de conocer la evolución de la víctima para concretar la acusación por la que tendrá que prestar declaración ante el juez en las próximas horas.
Pérdida de memoria
«En estos momentos está más allí que aquí», explicó un familiar del herido, quien dijo que Francisco Javier estaba consciente pero tenía momentos en los que reconocía a sus dos hijos y otros en los que no. La familia no descartaba ayer que hubiera sufrido daños cerebrales irreversibles.
Víctima y presunto agresor habían trabajado juntos durante los últimos cuatro años sin ningún problema. Recientemente, según los allegados de Francisco Javier, acordaron rescindir el contrato de trabajo. «Por un problema económico no ha sido, desde luego, porque aquí no se le debe dinero a nadie. Este hombre cobró su finiquito», aseguró un familiar, que prefirió que no trascendiera su identidad.
Francisco Javier Barberá, natural de Valencia, lleva más de tres décadas al frente del bar Levante. Se trata de un establecimiento clásico del casco histórico frecuentado por turistas y trabajadores de la Autoridad Portuaria. Su terraza suele llegar en los meses de invierno hasta la soleada esquina de la Plaza del Ayuntamiento y llama la atención porque por los altavoces de un equipo musical suenan sin cesar canciones de Julio Iglesias.
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