Después de dos meses desde que Repsol YPF decidió interrumpir la producción en su refinería del Valle de Escombreras, la dirección de la empresa continúa sin tener una fecha para reanudar la actividad debido a que ésta sigue sin parecerle rentable. A pesar de que la fábrica está totalmente parada la compañía insiste en que los trabajadores no tienen nada que temer ya que mantendrá todos sus empleos, tanto directos como indirectos, tal y como prometió.
La parada viene determinada por la reducción de los actuales márgenes de beneficios que siguen cayendo en picado. «Tan pronto como éstos se recuperen, la fábrica de Cartagena volverá a operar normalmente», dijo ayer un directivo de la multinacional, en un almuerzo con los medios de comunicación.
Sin producción desde hace dos meses, los sindicatos están preocupados por el futuro de los trabajadores, ya que según explicó a este diario el secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CC OO) en la Región, Enrique Bruna no se sabe «cuánto tiempo puede una empresa, que no tiene ingresos en su fábrica, mantener a su plantilla y a los trabajadores de la industria auxiliar».
Reunión con los sindicatos
Precisamente, Bruna se reunió ayer con directivos de la empresa y con el responsable del área de Recursos Humanos de Repsol Cartagena para debatir esta situación. «Nos han asegurado que todo sigue igual y que a pesar de que aún no tienen una fecha para reanudar la producción, los trabajadores subcontratados no perderán sus puestos de trabajo», aseguró.
Repsol tiene una plantilla de 700 técnicos, ingenieros y operadores de planta, aunque cada día entran a Repsol hasta 350 trabajadores del sector del metal que trabajan para empresas auxiliares que realizan tareas de mantenimiento. «Son alrededor de quince empresas que hacen trabajos de conservación de las unidades de producción. La dirección nos ha comentado que estos trabajos son necesarios para mantener la fábrica preparada para una hipotética vuelta al trabajo», afirmó Enrique Bruna.
Durante los meses de julio y agosto, el trabajo disminuirá considerablemente, algo que hará disminuir la plantilla de las empresas auxiliares. «La dirección nos ha asegurado que no hay que temer nada, ya que se trata de algo normal y que para septiembre el ritmo de trabajo volverá a la normalidad».
Según los cálculos de la empresa los actuales márgenes de producción son inferiores, ya que si en el momento de la parada de la producción perdían un euro por barril (producía cien mil barriles al día), las pérdidas se han visto aumentadas hasta el punto de que es más rentables seguir con la actividad paralizada que producir.
Cálculos quincenales
Durante estos dos meses, la empresa ha intentado reanudar la actividad. Cada dos semanas hace cálculos para ver si vuelve a ser rentable, pero hasta el momento y con los resultados obtenidos, la dirección ha apostado por no reemprender la producción. Según indicó el director de Repsol, Francisco Vázquez, tan pronto como los beneficios se recuperen la fábrica de Cartagena volverá a funcionar.
Ahora, todas las expectativas están puestas en la nueva factoría, que en construcción ocupa ya a más de 2.100 trabajadores. La refinería es la más moderna de Europa y debe acabar con todos los problemas que tiene Repsol en Cartagena.
En la nueva refinería la compañía está invirtiendo más de 3.600 millones de euros y, según los cálculos de su director en Cartagena, podría estar finalizada para mediados del 2011. Este nuevo complejo industrial tendrá la capacidad de duplicar la producción actual hasta los once millones de toneladas de carburantes al año, lo que supondrá 220.000 barriles diarios.
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