El 29 de marzo, huelga general

- JOSÉ LUIS GALENDE | MADRID./ La Verdad

Los comités nacionales de ambas centrales deberán refrendar el viernes día 9 la decisión antes de realizar la convocatoria

CC OO y UGT ya han fijado la fecha para protestar contra las reformas del Gobierno

La decisión está tomada por las cúpulas de CC OO y UGT y la fecha elegida para huelga general es el 29 de marzo. Sin embargo, la convocatoria de la misma no llegará hasta que los órganos competentes de ambas centrales den su conformidad la próxima semana. Era un grito a voces que el paro contra la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy se llevaría a cabo, pero faltaba por decidir la fecha.

La posición oficial de las centrales es, no obstante, esperar y dar una oportunidad a la negociación con el Gobierno y los grupos políticos. Y además, situar la decisión oficial sobre la huelga en el ámbito que le corresponde, los consejos confederales que se celebrarán el viernes día 9 de marzo, un día después de que el Congreso convalide la reforma laboral.

La decisión de proponer a sus comités nacionales la huelga general para el 29 de marzo fue adoptada en la tarde del martes en un reunión de las cúpulas de CC OO y UGT celebrada en Madrid, según noticias procedentes de fuentes sindicales confederales. En la cita se analizaron los pros, los contras y otras opciones. A favor de retrasar la protesta al mes de mayo estaba el hecho de dar tiempo a las organizaciones sociales para que se sumaran a la misma y a las propias centrales para extenderla. En contra, mantener el esfuerzo durante un tiempo tan dilatado y el elevado coste económico, agravado por el recorte del 20% en las subvenciones del Gobierno a las centrales y la caída de ingresos fruto de la crisis. El precio a pagar en esfuerzo y en dinero fue también la causa de que se rechazara una propuesta de marcha sobre Madrid de columnas de protesta desde toda España el fin de semana del 10-11 de marzo.

Finalmente los sindicatos optaron por movilizaciones en las principales ciudades para el día 11, en las que esperan tener al menos el mismo seguimiento que en las del domingo 19 de febrero.

Por el contrario, la opción del día 29 tiene a su favor el elevado nivel de sensibilización que la campaña sindical ha logrado hasta ahora entre sus seguidores y otras organizaciones de izquierda contra la reforma, y la repercusión social y respaldo que han tenido algunas protestas sociales, como la de los estudiantes de Valencia.

Los sindicatos se la juegan más que nunca con esta huelga general y su futuro estará ligado en alguna medida al éxito de la protesta. Desde hace meses vienen temiendo que la mayoría absoluta del PP no circunscriba sus cambios al mercado laboral. Fuentes sindicales han confesado a este periódico su temor a que las reformas que les afectan «no han hecho más que empezar» y que uno de los próximos objetivos del Gobierno de Rajoy será el entramado de derechos sindicales que, aunque anclados en la Constitución, pueden ser recortados. Ya ha habido dos medidas que apuntan en esa dirección: la rebaja citada de las subvenciones del Ejecutivo central y la supresión del derecho de los delegados sindicales a ser los últimos en ser incluidos en los expedientes de regulación de empleo.

«Escenario de negociación»

El secretario confederal de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, precisaba al respecto que los sindicatos están aún «en un escenario de negociación» para retomar el diálogo con el Gobierno y cambiar la reforma laboral. «No renunciamos al uso de ningún instrumento democrático, incluida la huelga», dijo aún así a continuación.

Sobre la posibilidad de un paro general, el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, señalaba que su Gobierno está abierto al diálogo y que el temor que tiene es a la cifra del paro y no a la huelga general.

Por su parte, fuentes de CEOE indicaron que respetarán a los sindicatos si deciden convocar la protesta, aunque alertaron de que una medida así implica «desgaste» para todas las partes. El director del Departamento de Relaciones Laborales de la CEOE, José de la Cavada, aseguró a continuación que darse el paso, se produciría «una alteración de la actividad económica de España, tal y como está en estos momentos».