Fomento transmite a los trabajadores que sigue apostando por el aeródromo del Mar Menor y que no piensa clausurarlo
14.07.11 - 00:54 - No hay cierre a la vista, pero los trabajadores del aeropuerto de San Javier no han querido dejar ese cabo suelto. En el convenio que firmaron con el Ministerio de Fomento a finales de 2010 ya incluyeron el derecho de los 90 empleados a elegir destino en cualquier aeropuerto de España o en el más cercano en el supuesto caso de que San Javier echara el candado, según confirmó ayer el representante sindical de UGT, Juan José Lozano, quien asiste en Madrid a las negociaciones con Aena en el proceso de privatización de la entidad pública.
«Estamos tranquilos porque nos han garantizado las mismas condiciones laborales que cuando éramos empleados públicos», indica Lozano. Según el acuerdo de Fomento con los trabajadores de San Javier, «la foto del día del convenio de cómo era la plantilla es la que debe mantenerse», explica el portavoz sindical.
Quitando vuelos a Alicante
Lozano insiste en que el mensaje que les ha transmitido Fomento a los trabajadores del aeropuerto es que «San Javier no se cierra y que apuestan por San Javier», aunque sabe que «la Comunidad Autónoma lo hace por Corvera, aunque no entendemos por qué funcionando un aeropuerto como San Javier, que es rentable y competitivo, hacen otro al lado, cuando vemos ejemplos como Castellón o Ciudad Real».
El representante sindical asegura que «San Javier es competitivo, tenemos las tasas más bajas y controladores militares, que en los otros aeropuertos encarecen los presupuestos por los elevados sueldos». «De hecho, ya le estamos quitando vuelos a Alicante», afirma Lozano, en referencia a los viajeros que tradicionalmente han preferido volar desde El Altet por las limitaciones horarias del aeropuerto murciano antes de abrir la segunda pista.
Tras la resistencia inicial que mostraron los empleados, reticentes a dejar de depender del organismo público para pasar a una empresa privada, el casi centenar de trabajadores de San Javier ha aceptado las condiciones del cambio con menos problemas que en otros aeropuertos. En Barajas se produjeron incluso protestas con caceroladas. El sindicalista recuerda que del funcionamiento de San Javier dependen además numerosos empleos indirectos y negocios subordinados a la actividad aeroportuaria, como las empresas de alquiler de coches, los taxistas, los comercios y bares.
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