Ministerio de Fomento
El presupuesto asciende a más de 122 millones de euros
Se prevé que utilicen diariamente esta infraestructura 8.000 vehículos que actualmente circulan por la N-344.
Se trata de un modelo de carretera dotado con sistemas de seguridad para evitar y minimizar la siniestralidad.
Para respetar el entorno natural, se han invertido 7,5 millones de euros en medidas de integración medioambiental.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, asistió hoy en Murcia a la puesta en servicio de dos tramos de la autovía A-33 entre Blanca-Abarán y Abarán-Jumilla, que han supuesto una inversión de 122,52 millones de euros.
La seguridad vial y el respeto al medio ambiente han primado a la hora de desarrollar esta infraestructura, elemento clave de integración territorial entre la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana.
La puesta en servicio de estos dos tramos de la autovía A-33 permitirá a los habitantes de Blanca, Abarán y Jumilla un ahorro en el tiempo de sus desplazamientos, además de poder hacerlo de forma más segura.
Se prevé que utilicen a diario esta infraestructura 8.000 vehículos que hasta ahora circulaban por la N-344.
El proyecto La A-33 es una autovía de trazado nuevo con dos calzadas, de dos carriles cada una, separadas por una mediana de diez metros.
Los tramos que se ponen en servicio suman un total de 30 kilómetros y han supuesto una inversión de 122,52 millones de euros: Blanca-Abarán (58,53 millones de euros, 12,4 km) y Abarán-Jumilla (63,99 millones de euros, 18,32 km).
A lo largo de este trazado se han ejecutado una serie de enlaces para mejorar la conectividad de toda la zona, con la autovía A-30, con la carretera nacional N-344 y con las vías autonómicas A-10 y A-20.
Los tramos que ahora entran en servicio son una parte de todo lo que supondrá la autovía A-33 entre Blanca y Font de la Figuera, una infraestructura viaria de aproximadamente 90 kilómetros, dividida en cinco tramos: tres que discurren íntegramente en Murcia, el cuarto que lo hace a caballo con la Comunidad de Castilla-la Mancha y otro, en la Comunidad Valenciana.
Se trata de una carretera de alta capacidad que servirá de nexo de unión entre tres corredores fundamentales: la autovía A-31 (Albacete-Murcia), la autovía A-30 (Albacete-Murcia-Cartagena) y la autovía A-35 (Almansa-Xátiva).
Seguridad vial
La seguridad vial ha estado presente en todas y cada una de las actuaciones del proyecto.
Así, en estos tramos de la A-33 se ha seguido el modelo de carreteras clementes o “forgiving roads”, para evitar los posibles errores humanos y, en caso de accidente, minimizar los efectos y consecuencias de los mismos.
Las actuaciones en materia de seguridad vial se han centrado en evitar los posibles siniestros por salidas de la vía, sustituyendo, en algunos tramos, la barrera metálica tipo “bionda” por el movimiento de tierras necesario para establecer una inclinación suave del terreno; o cambiando los postes metálicos de la cartelería por postes tubulares homologados de PVC.
También se han implantado en la mediana pantallas antideslumbrantes y se ha reforzado la señalización de los enlaces.
Espacios protegidos
En la ejecución de esta infraestructura viaria se han invertido 7,5 millones de euros en medidas para la salvaguarda de los espacios protegidos de la Sierra del Carche y la Sierra de la Pila; así como en la prospección inicial para la protección del patrimonio arqueológico y paleontológico.
También se han instalado pantallas acústicas y se han adecuado pasos de fauna.
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