Denuncian la sucesión de incidentes relacionados con peleas, menudeo de drogas y robos por culpa de macrobotellones
«Hay batallas de botellas, se las lanzan unos a otros porque están a sus anchas. Un día alguien va a morir». Lo dice un hostelero próximo al centro comercial La Cábila y El Zoco, en La Manga, pero es el sentir de comerciantes, propietarios de locales de ocio y de los residentes de toda esta zona.
El problema común que todos ellos comparten es la calle salón del Zoco, donde se concentran de viernes a sábado «hasta mil personas, la mayoría menores de edad. Siempre los bares somos los culpables, pero a la gente del botellón no le hacen nada y aquí no dejan de venir ambulancias para atender intoxicaciones etílicas de menores. Si nos quejamos al Ayuntamiento de San Javier, empezarán a endurecernos los controles a nosotros», detalla el propietario de un local de copas que prefiere seguir en el anonimato para no sufrir represalias.
La 'movida' está a la vista de todos, empresarios, vecinos y turistas. La noche comienza a calentarse a las 22 horas, pero lo peligroso llega de madrugada cuando el alcohol hace mella. «A veces se ve a críos semidesnudos corriendo, robando, rompiendo escaparates y mobiliario urbano». En la mayoría de los casos son menores de edad, entre 13 y 17 años.
Todos ellos se reúnen en torno a macrobotellones en la calle salón de El Zoco y el jardín, cerca de la calle Sotavento. «El botellón, añaden, nos está afectando mucho».
Principalmente, por dos motivos, primero, porque los jóvenes no consumen casi nada en los pubs, y, en segundo lugar, porque los problemas de inseguridad que se están produciendo en la zona espantan a clientes de mayor edad que, ante el 'panorama', declinan consumir. Los propietarios de locales comerciales y, sobre todo de ocio, de esta zona, preocupados por el bajón de sus recaudaciones, han mantenido reuniones con el Ayuntamiento para buscar soluciones al problema. Entre los establecimientos afectados por el botellón están el Pub Koine, Charlie Brown, la Pizzería Triana y Cafetería-Heladería Bo, entre otros.
Vecinos que lindan con los locales de la noche del Zoco, como algunos propietarios consultados del residencial Edén, están de acuerdo en que el problema no son los pubs, «aquí se está metiendo la chusma y no podemos dormir».
Donde hay música, hay hachís
Estos macrobotellones afectan a varios residenciales y urbanizaciones como Bitácora, Zambra, Manga Azul (...) y el propio Zoco. Un propietario que reside en el 'cogollo' del problema, en El Zoco, afirma que «pago 900 euros de IBI y me encuentro en mi terraza vasos de cristal rotos». Por no hablar del ruido que generan los centenares de jóvenes concentrados en la calle salón, impidiendo que los vecinos concilien el sueño, de las peleas y el menudeo de drogas.
Para comprobar esto último, es tan sencillo como acudir a un jardín donde un grupo de jóvenes al ritmo de una guitarra española, ejercen con sus canciones un reclamo para los que quieren comprar unos gramos de hachís.
Todos los sábados y domingos el amanecer les depara a los vecinos que lindan con El Zoco un paisaje lleno de litronas, botellas de whisky, vasos, cristales, colillas, incluso algún fiestero durmiendo 'la mona'. Uno de los vecinos delresidencial Edén se pregunta: «¿Estoy pagando mis impuestos para que limpien la basura del botellón?. Todo por culpa de la pasividad del Ayuntamiento, son vecinos de barrios marginales de Los Belones, La Unión, Los Nietos, Cartagena y turistas. No es solo un problema de murcianos, necesitamos ayuda de la Delegación del Gobierno».
Los hosteleros, comerciantes y residentes en esta zona de La Manga no descartan iniciar una campaña de recogida de firmas porque «hay que hacer algo para que El Zoco vuelva a ser lo que fue».
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