La víctima, un alicantino de 55 años, murió de un ataque cardíaco que sufrió en una parada de descompresión, antes de salir del agua
Había contemplado uno de los espectáculos más bellos de la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas, el fondo del Bajo de Dentro, durante 45 minutos, pero su corazón no pudo más. Miguel Ángel Alonso, un aficionado al buceo deportivo con escafandra autónoma, de 55 años de edad, falleció ayer tras sufrir un ataque al corazón, según las primeras conclusiones del forense y del equipo del centro de buceo al que pertenecía. Ocurrió a pocos metros de la superficie, mientras realizaba su última parada de descompresión.
Se trata de la segunda muerte en menos de diez días de un buceador en Cabo de Palos. El primero de ellos falleció el pasado día 14 en circunstancias parecidas. En ese caso el hombre, de 44 años, sufrió un ataque de pánico que le hizo quitarse el regulador de la escafandra y tragar agua.
El suceso de ayer ocurrió sobre las once menos cuarto de la mañana, en una de las zonas de inmersión más emblemáticas de la reserva, situada entre las Islas Hormigas y la costa. Según explicó a este diario el gerente del centro de buceo, que prefirió mantenerse en el anonimato, el hombre estaba acompañado por su hermano y en la última parada de descompresión pidió auxilio porque se sitió mal.
Dispositivo de emergencia
En ese momento, el personal del centro de buceo puso en marcha el protocolo de seguridad y sacó del agua al hombre. El patrón de la embarcación y el instructor le practicaron el masaje cardiorrespiratorio, junto a un médico que había participado en la inmersión. Momentos antes habían avisado al 112 para que estuvieran preparados.
Al puerto acudió una ambulancia y personal sanitario del Servicio de Protección Civil del Ayuntamiento de Cartagena, así como una Unidad Móvil de Emergencias del Servicio Murciano de Salud. Cuando llegó la embarcación al puerto, el hombre estaba inconsciente. Aunque los sanitarios estuvieron media hora intentando reanimarlo, no lo consiguieron y falleció.
Según el gerente del centro de buceo, el fallecido tenía 25 años de experiencia, vivía en Guardamar del Segura y era un habitual que todos los veranos visitaba Cabo de Palos para hacer inmersiones en su reserva marina.
Al lugar acudieron efectivos de la Guardia Civil para investigar lo sucedido. Sobre las doce y media se procedió al levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Medicina Legal, para que le sea practicada la autopsia y concretar así las causas de la muerte.
En las escuelas de buceo de Cabo de Palos hay desde ayer un ambiente de consternación, porque se trata del segundo aficionado que muere en menos de diez días. Los instructores alertan de la importancia de estar en buena forma física para practicar este deporte, que en los últimos años vive un gran auge. En Cabo de Palos se realizan alrededor de 600 inmersiones al día durante la temporada alta, que va de junio a septiembre.
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