Juan Manuel Sánchez Gordillo participó en los asaltos a dos supermercados para recoger alimentos para las familias sin recursos
El saqueo a dos supermercados de Écija y Arcos protagonizado el pasado martes por dos centenares de sindicalistas, entre los que se encontraba el parlamentario andaluz y alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, no quedará impune. Así al menos lo espera el Ministerio del Interior que ayer ordenó la detención de los autores del robo. Los asaltantes llenaron varios carros de comida para, según explicaron después, entregárselos a las familias que con más fuerza están sufriendo la crisis.
El titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció que uno de los establecimientos ha presentado una denuncia y por lo tanto la Policía y la Guardia Civil han recibido órdenes de detener a los autores y ponerlos a disposición judicial. El ministro denunció que algunos de los empleados de los supermercados fueron objeto de agresiones y destacó que en un Estado de derecho no se pueden permitir hechos de este tipo. «Si todo el mundo hiciera lo mismo esto sería la ley de la selva», dijo. Fernández Díaz crítico además la actuación de Sánchez Gordillo en su papel de representante político al liderar e incitar a cometer un delito de este tipo. Por ello pidió que tanto Izquierda Unida, formación a la que pertenece el regidor sevillano, como el Parlamento andaluz adopten las medidas oportunas.
El Ministerio de Justicia, a petición de Fernández Díaz, también impulsó un proceso para esclarecer la responsabilidad de los asaltos. Su titular, Alberto Ruiz-Gallardón, instó al fiscal general del Estado, Eduardo-Torres Dulce, a investigar si los hechos son constitutivos de delito.
Lejos de pedir disculpas, el alcalde de Marinaleda anunció ayer su intención de participar en más acciones de este tipo y no dudo en calificar la orden de detención como «terrorismo de Estado» y al ministro del Interior de «franquista de tomo y lomo». «Si quiere buscar chorizos, tiene muchos donde elegir, y no tengo que ser yo, que solo he hecho una acción pacífica, donde se cogieron alimentos cuya cuantía económica ha sido ridícula y no llega ni a hurto», justificó Sánchez Gordillo, quien aclaró que él no llegó a entrar en el supermercado y se limitó a realizar maniobras de distracción.
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ya definió el martes los asaltos como «una barbaridad». Ayer, el PSOE, que gobierna la comunidad en coalición con Izquierda Unida, se sumó a lo declarado por el máximo dirigente andaluz por boca de su secretario de Relaciones Institucionales, Antonio Hernando, quien condenó cualquier vulneración de la ley, sea quien sea el que la cometa. La relación entre Sánchez Gordillo y los socialistas nunca ha sido buena y el regidor incluso se negó a votar a favor de la investidura de Griñán el pasado mayo. Es por ello que ahora no deberá esperar ningún gesto de apoyo desde el PSOE.
Defensa de Izquierda Unida
El único respaldo político que encontró Sánchez Gordillo llegó desde su propio partido, que considera desproporcionada la respuesta del Gobierno. El vicepresidente de la Junta y coordinador de la coalición en Andalucía, Diego Valderas, pidió al presidente del Parlamento regional que vele por los derechos del diputado autonómico ante la orden de detención que pesa sobre él. Y, aunque desvinculó a su formación de los asaltos y los atribuyó en exclusiva al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), aseguró que no se plantea abrir expediente al regidor por participar en un suceso que servirá, adujo, para iniciar un debate sobre riqueza y pobreza.
Gaspar Llamazares, diputado nacional por Asturias y excoordinador general de IU, fue más allá y denunció en declaraciones a ABC Punto Radio que se le quiera dar trascendencia legal a un suceso que en realidad solo fue una «protesta simbólica y reivindicativa» para llamar la atención de la opinión pública. «Este acto intenta poner en evidencia que se ha llegado ya a un límite en el cual hay familias en Andalucía y en el resto del Estado que reducen su número de comidas durante el día», apuntó.
El SAT, del que también es dirigente Sánchez Gordillo, denunció ayer en un comunicado los ataques vertidos desde otros ámbitos contra sus miembros: «Da vergüenza ajena ver como algunos jerifaltes bien alimentados vociferan en defensa de los intereses de una gran empresa como Mercadona que tiene innumerables denuncias por acoso laboral». «Griñán, mejor estás calladito», añade la nota.
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