Las reticencias del edil a entregar su acta municipal lleva el nerviosismo al partido y al gobierno de Barreiro
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ CARTAGENA/ La Verdad
Inquietud por una situación de crisis en el gobierno municipal que parecía zanjada y que se está convirtiendo en un problema de imagen para el Partido Popular, en especial en su granero de votos en la zona rural. Y temor ante un posible escenario que sería muy comprometido para el grupo municipal que encabeza la alcaldesa, Pilar Barreiro: ver cómo un importante concejal se pasa a la oposición. Ésas son las dos sensaciones que cunden desde el viernes en el Ejecutivo y el PP de Cartagena por las resistencias de Enrique Pérez Abellán a entregar su acta de edil después de que Barreiro le haya destituido por recomendar a su hijo para los contratos del Fondo Estatal de Inversión Local (Plan España o Plan Zapatero).
Responsables del equipo de Barreiro y cargos, militantes y simpatizantes populares no salen de su asombro ante la reacción de Abellán, porque fue él mismo quien puso su cargo de responsable de Seguridad Ciudadana y Vía Pública a disposición de la alcaldesa tres días después de que el concejal del PSOE Juan Luis Martínez, primero, y la portavoz socialista Caridad Rives, horas después, sacaron a la luz los favores a su hijo.
Abellán dio la la cara el lunes y admitió que «sugirió» el nombre de su hijo como ingeniero para redactar proyectos y dirigir obras de reforma de calles. El vicealcalde, Agustín Guillén, había recibido ya una lluvia de críticas y peticiones de dimisión tras cubrirle las espaldas y asumir como propio el «error» y la «torpeza política» de las adjudicaciones.
Sorprendido y dolido
Eso sí, Guillén se tragó el sapo tras haber dado información al grupo municipal del PSOE sobre los contratos diez días antes y no habérselo dicho a Barreiro hasta que el concejal socialista Juan Luis Martínez denunció las anomalías en La Verdad.
En todo caso, Abellán se resistió tres días a dar explicaciones públicas, a pesar de que incluso su hijo, Enrique Pérez Blaya, dimitió como presidente de la Junta Vecinal de Pozo Estrecho «para no dañar al gobierno y al PP», partido que lo designó para ese cargo público.
Y ahora, sorprendido y molesto con una decisión de la alcaldesa que no esperaba tras dieciocho años en el Ayuntamiento y catorce en el gobierno, parece empeñado en no dar su brazo a torcer. Y mantiene en suspense si renuncia al acta de edil, que según las normas electorales es suya y no del partido.
Evitar apoyos públicos
La mantiene a pesar de que el viernes el presidente local del PP, Francisco Celdrán, le llamó para reclamarle que tuviera una actitud «responsable y coherente», según confirmó el vicesecretario de comunicación del PP, Joaquín Segado.
Las muestras de apoyo al concejal que más simpatías despierta a nivel popular han ido en aumento en los últimos días, y en la sede local del PP han recibido numerosas llamadas pidiendo su continuidad.
Abellán se ve arropado por las adhesiones oficiales y extraoficiales de particulares, colectivos y asociaciones vecinales, sobre todo de la zona norte. El mismo día en que Barreiro anunciaba que Abellán debía «salir» de su gobierno por su irregular comportamiento moral, la Asociación de Vecinos de La Puebla registraba en el consistorio un escrito de apoyo al concejal.
En el partido tienen previsto hoy convencer al edil de Pozo Estrecho para que entregue mañana su acta. Quieren evitar que más allá de que Pérez Abellán evidencie su malestar con Pilar Barreiro algún colectivo le dé apoyo públicamente. Nada conviene menos al PP que otro desgaste a menos de dos meses de las elecciones europeas, que encara convencido del castigo que sufrirán el PSOE y Zapatero por la crisis económica.
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