Mientras los hosteleros de Cartagna ahondan estos días sus divisiones en la asociación que les agrupa, Hostecar, la ola de peticiones para que amplíen y mejoren su oferta en la ciudad sigue creciendo. En las últimas semanas, por ejemplo, el presidente de la Autoridad Portuaria, Adrián Ángel Viudes, ha destacado la importancia de atender la demanda de los turistas de cruceros; y el rector de la Universidad Politécnica, Félix Faura, ha echado en falta locales que den «ambiente de ciudad universitaria». Ayer, la alcaldesa, Pilar Barreiro, mostró su confianza en que la calle Real acoja nuevos bares y cafeterías tras la remodelación integral a la que será sometidas tras la Semana Santa.
«Nuestro objetivo es darle vida a una calle que está muy poco aprovechada para el viandante. Útimamente se había quedado casi para sacar a pasear al perro y ahora va a tener casi el doble de espacio para el peatón y un carril bici. Queremos que recupere vida y se puedan poner cafeterías, bares, tiendas...», dijo Barreiro durante la presentación de los proyectos de remodelación de las calle Real, Mayor, Comedias y Bodegones y de la plaza del antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM) con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local.
Barreiro subrayó que la labor del Ayuntamiento es «facilitar las condiciones» para la instalación de negocios, pero que el gobierno municipal «no puede hacerlo todo». «Eso es cosa de otros», dijo en alusión a los empresarios.
La Verdad preguntó a la alcaldesa si, como algunos vecinos, echaba en falta trasiego en las calles del casco histórico a partir del final de la tarde y si lo achacaba a la falta de costumbre ciudadana, la escasa oferta de hostelería u otros factores.
Tras la Semana Santa
Barreiro aseguró que las vías remodeladas han mejorado mucho y puso como ejemplo la calle del Carmen. Apeló a su condición de vecina a la que le «gusta» mucho recorrer la ciudad a pie y que además se queda «en agosto» en Cartagena para afirmar que en esa calle ve mucho movimiento.
Esa mejora es la que la alcaldesa desea para Real, que permitirá que la ciudad «se abra al mar» al conectarse con la plaza el CIM.
El Ayuntamiento dedicará 4.271.809 euros en la remodelación de una avenida donde el tráfico seguirá siendo de doble sentido. Tras ocho meses de trabajos, la calle cambiará de aspecto y de distribución de espacios, porque el carril que discurre del Muelle a la Plaza de España ocupará, entre palmeras, el actual bulevar central. El carril en sentido inverso seguirá junto al muro del Arsenal. Las personas autorizadas podrán acceder a este emplazamiento militar mediante una salida exclusiva.
Las obras en Real empezarán tras Semana Santa, al igual que las de Mayor, Bodegones y Comedias. Estas últimas costarán 1.151.784 euros, durarán seis meses y, en palabras de Barreiro, permitirán «cerrar el círculo de remodelación del casco antiguo» conforme a un estudio de La Caixa hecho en 1996.
«Sólo nos queda el Molinete, cuyo cinturón de calles también hemos incluido en el Fondo Estatal», dijo Barreiro, quien pasó por alto la zona del Monte Sacro.
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