La Guardia Civil rodeó la parroquia de Sangonera la Verde y los agentes convencieron al vecino, con antecedentes, para que se entregase
Iba 'caliente' y con ganas de liarla, pero en su camino se cruzó el poder de convicción de Angelita, una feligresa de la parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles de Sangonera la Verde. La mujer logró convencer ayer a Ángel R.F., conocido como 'El Boli' y vecino de la pedanía, para que le entregase el revólver que lucía en su pantalón.
El gesto de la mujer, residente en la pedanía y habitual de la parroquia, es doblemente reseñable debido a que 'El Boli' es un conocido toxicómano, con antecedentes penales y cuando la mujer se acercó a él no sabía si la pistola era real o de fogueo. De la negociación solo se percató el párroco, José Alberto Cánovas, que fue el primero en advertir que Ángel R.F., de 34 años, llevaba un arma de fuego. Pero el sacerdote decidió seguir con la habitual misa de las 19.30 horas, antes que dar la voz de alarma y provocar una estampida entre la treintena de feligreses que en ese momento asistían al culto.
«Estaba sentado en el primer banco, hablando solo, haciendo aspavientos, y a su bola. El muchacho iba más tomado de lo debido. No dije nada para no asustar a nadie», relataba ayer el padre Cánovas. De hecho, la situación no le pilló por sorpresa al párroco, que minutos antes de comenzar con la liturgia ya había tenido que convencer a 'El Boli' para que acabase con la 'misa' que estaba ofreciendo espontáneamente.
«Yo estaba preparándome en la sacristía y escuché cómo empezó a trastear los altavoces, se puso a hablar y el sacristán le tuvo que cortar el micrófono. Le convencí para que se tranquilizase y se bajase del altar». Sin darle mayor importancia a la situación, José Alberto Cánovas comenzó con la homilía percatándose del arma. Tal situación tampoco pasó desapercibida para la feligresa 'pacificadora', Angelita, que además conoce a 'El Boli', y que se valió de esa confianza para acercarse a él.
El párroco fue su compinche, prosiguió con la misa, mientras que Angelita le convencía de que entregase el revólver. «A mitad del sermón cogió el arma y se la guardó en el bolso. No se enteró nadie, salvo dos feligreses que se dieron cuenta de lo que sucedía y se fueron de la parroquia».
«No amenazó a nadie»
Para entonces cinco vehículos de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Compañía de la Guardia Civil habían rodeado la parroquia. Casualmente, los agentes de la Benemérita de El Palmar se encontraban ayer haciendo un control en la carretera de Mazarrón, y a su llegada se encontraron a Ángel R.F. desarmado.
«No llegó a amenazar a nadie con el arma, ni a enseñarla, pero cuando salimos dijo que no se iba de la iglesia sin la pistola. Está trastornado de la cabeza, solo necesita tratamiento médico», explicaba ayer el padre Cánovas. Los agentes dialogaron con 'El Boli' unos instantes y le convencieron para que se entregase voluntariamente. Extremo que no evitó, según algunos testigos, algún ataque de ansiedad entre los vecinos. Los agentes detuvieron a Ángel por tenencia ilícita de armas, y aunque el revólver era real, era tan antiguo que no podría haber efectuado ningún disparado. El pedáneo de Sangonera la Verde, Juan Jiménez, destacó ayer «la rapidez de la actuación» de la Guardia Civil y resumió que «solo ha sido un susto».
Personal sanitario le suministró un tranquilizante al detenido, debido a que estaba presuntamente bajo los efectos del alcohol y de sustancias estupefacientes. Después, fue conducido a los calabozos de la Guardia Civil de El Palmar. Allí, muy probablemente, fueron los agentes los que se encargaron de soltarle un buen sermón a 'El Boli'.
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