El protagonista de la película Karate Kid tenía que esmerarse en el encerado de un coche para aprender el arte de la lucha con el axioma: 'Dar cera, pulir cera'. La empresa Pavasal tendrá que aplicarse en una técnica similar para poder cobrar la parte que le adeuda todavía el Ayuntamiento con la reposición de la resina impermeabilizadora que se ha desprendido de las calles Aire y Cañón. Primero tendrá que eliminar los restos que quedan de la sustancia que se dispuso de manera incorrecta antes de Semana Santa. Y luego colocará la resina sobre el hormigón impreso a imitación del adoquín y la pulirá.
Diez días tardarán los operarios de la empresa contratada en marzo en llevar a cabo una labor dividida en tres fases y que no le costará ni un euro más al Ayuntamiento. El objetivo es borrar por fin la memoria de los diez años en que estas calles estuvieron recubiertas de adoquín.
Fue la década en que, en el caso de la Serreta, los adoquines de tipo portugués no dejaron de desportillarse. Los continuos parcheos triplicaron el coste inicial de la obra, que fue de 875.000 euros.
En ese tiempo fue necesario hacer una docena de intervenciones -más de una al año- para recolocar los adoquines que primero se hundían y luego se desprendían por el efecto combinado de la lluvia y del paso de vehículos pesados. Su sustitución por hormigón impreso fue contratada como la solución definitiva por 122.500 euros. No ha dado resultado, pero las fuentes consultadas indicaron que hay alrededor de 15.000 euros por abonar. Y la empresa no los conseguirá hasta que termine correctamente el trabajo.
Lo primero que se hizo ayer fue el corte de la circulación en el giro desde la calle Jara. Solo se salvan, por ahora, los residentes que tienen garajes en la calle Aire. Para acceder al paseo de la Muralla o a la calle General Ordóñez hay que hacerlo desde Gisbert, por la subida al campus de la Universidad Politécnica.
Al menos diez días sin tráfico
El resto del tráfico fue desviado a través de la plaza de San Sebastián y por la calle Villamartín hasta la Plaza del Rey y la calle Real, ante la mirada atónita de los pasajeros de un crucero que hizo escala en la ciudad.
Fuentes de la empresa indicaron que ocho empleados se afanan ya en la calle Cañón y el tramo de General Ordóñez hasta la Subida de las Monjas. La segunda etapa será el tramo de Aire hasta la taberna 'El Barril'. Y el tercero, hasta la esquina con la calle Jara. El objetivo de la empresa es «que haya las menores molestias posibles para los vecinos».
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