El concejal vuelve a pedir «civismo» y dice que reforzará el control con agentes de paisano
Veintisiete de noviembre, Luisa: «Hace falta más mano dura contra los dueños de perros que no retiran los excrementos de sus mascotas de las calles. Es indignante que salgas a pasear y no puedas perder de vista por donde pisas. Resulta una falta de respeto y de higiene. Desde luego, no contribuye a dar una buena imagen de nuestra ciudad, ahora volcada con el turismo».
Veintiocho de noviembre, Ana Mari: ¿Para cuándo pondrán multas a los propietarios de los perros que dejan los excrementos de sus mascotas sin recoger y en mitad de la vía pública? El pasado domingo, mi marido se resbaló en plena calle Mayor y se cayó, con el consiguiente golpetazo. Quiero multas ya. Es una falta de higiene y de educación».
Los testimonios de estas dos vecinas de Cartagena, publicados recientemente por 'La Verdad' en su sección de quejas ciudadanas 'El Telefonazo', sirven para ilustrar la nueva oleada de quejas por la suciedad de parques, jardines y calles del municipio debido a las heces de perro.
El concejal de Vía Pública, Mariano García, anunció a principios de octubre que había ordenado intensificar la lucha contra este problema de higiene y civismo a través de una vigilancia especial por parte de agentes de paisano.
A pesar de las sanciones impuestas por estos efectivos y por otros de uniforme, García ha admitido que la situación se ha aliviado pero no se ha atajado, y que habrá un incremento del control policial.
En cualquier caso, el citado responsable municipal insistió en pedir públicamente a los dueños de animales que tengan una actitud más responsable y respetuosa con sus conciudadanos, y lleven siempre consigo bolsas de plástico para recoger los excrementos y depositarlos en una papelera.
«Estamos consiguiendo avances, pero es cierto que sigue habiendo bastantes quejas y no nos vamos a cansar de pedir más civismo y de sancionar a aquellas personas que hagan caso omiso de la ordenanza municipal», indicó al diario 'La Verdad' el concejal.
Sanciones de 300 euros
En el último mes el Ayuntamiento tramitó ocho multas de trescientos euros por dejar las cacas en aceras, zonas de paseo y áreas verdes.
Las áreas más problemáticas siguen siendo el paseo de la rambla de Benipila (calle Luis Calandre), la vía verde de Barrio Peral y distintas calles del Ensanche como Jiménez de la Espada o Pintor Balaca.
La institución municipal se plantea desde hace unos años paliar este problema recurrente mediante la ampliación el número de 'pipicanes', espacios reservados para que los perros hagan sus necesidades. Sin embargo, sigue sin tomar ninguna decisión y la consecuencia es que farolas, bancos, esquinas de edificios públicos y privados o árboles sufren las consecuencias de los orines y los excrementos dejados por las mascotas con el consentimiento de sus dueños.
El responsable de Vía Pública volvió a pedir comprensión, por la dificultad que supone sorprender in fraganti a quienes no se hacen cargo de las heces de sus mascotas.
En todo caso, Mariano García aseguró que la Policía Local redoblará sus esfuerzos por poner coto a este tipo de comportamientos que perjudican al conjunto de los ciudadanos y, además, sobre todo en la zona del casco histórico dañan la imagen de una ciudad con vocación turística.
Sin bozal y correa
Asimismo, Mariano García pone como ejemplo del compromiso municipal por aplicar las ordenanzas el hecho de que también de forma reciente el Ayuntamiento ha tramitado doce multas a dueños de perros catalogados como potencialmente peligrosos por no llevarlos con bozal y correa.
La vigilancia municipal ha permitido castigar la irresponsable e ilegal conducta de dejar sueltos a perros de razas como, algo que también está prohibido para el resto de canes. Se trata de evitar que muerdan a alguna persona, en particular a niños, ancianos y personas con problemas de movilidad.
En los nueve primeros meses del año, el Ayuntamiento había impuesto ya alrededor de un centenar de sanciones de 150 euros por dejar la caca en la calle y una veintena por no llevar atado y con bozal al perro.
La normativa obliga, asimismo, a tener la Tarjeta Sanitaria Canina, censar e identificar a la mascota con la implantación de un microchip y disponer de la licencia administrativa en el caso de las siguientes razas: pit bull terrier; staffordshire bull terrier; american staffordshire terrier; rottweiler; dogo argentino; fila brasileiro; tosa inu (o japonés); y akita inu. Las infracciones son sancionadas con multas de 30 a3.000 euros.
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