La pugna empresarial por el poder en una de las principales constructoras de España, Sacyr Vallehermoso, que ha llenado páginas en la prensa económica del país en las últimas semanas, posee importantes ramificaciones en la Región de Murcia. No sólo por las raíces murcianas de algunos de los protagonistas de esta confrontación, sino también por los importantes intereses empresariales que en la Región tienen las compañías implicadas.
De un lado se encuentra el presidente y fundador de Sacyr, el empresario murciano Luis del Rivero, que cuenta entre sus aliados a Tomás Fuertes, propietario de ElPozo y presidente del grupo empresarial más poderoso de la Región.
El Grupo Fuertes elevó el pasado mes de marzo su participación en Sacyr desde el 3,9% hasta el 5,001% tras acudir a la última ampliación de capital de este grupo. También tiene intereses en la constructora la primera entidad financiera de la Región, Cajamurcia, que adquirió una pequeña participación del capital junto con un grupo de cajas de ahorro.
El grupo opositor a Del Rivero está liderado por Demetrio Carceller, una de las mayores fortunas de España y uno de los empresarios más enigmáticos, que nunca concede entrevistas y que posee una profunda aversión a las fotografías. Carceller es propietario de Disa, la mayor compañía de distribución de carburantes de Canarias, con una red de más de 200 estaciones de servicio, y es también presidente del grupo cervecero Damm, al que pertenece la murciana Estrella de Levante.
En los últimos años, Carceller ha ido adquiriendo en el mercado acciones de Sacyr hasta convertirse en la actualidad en su primer accionista individual, con el 13% del capital.
El peso creciente en la constructora de Carceller, que también posee actividades empresariales en la Región a través de Alfil Logistic, terminó por generar roces con el núcleo fundacional, que encabeza Del Rivero.
Las desavenencias internas acabaron por estallar el pasado 19 de mayo, cuando la junta de accionistas de Sacyr aprobó incrementar de dos a cuatro el número de miembros del consejo de administración afines al presidente, Luis del Rivero, y al consejero delegado, Manuel Manrique.
Carceller, con el apoyo de Juan Abelló, que posee el 9,62% de Sacyr, decidió entonces impugnar judicialmente esta decisión, argumentando que la misma no había pasado por la comisión de nombramientos de la constructora, y acusó a Del Rivero de incumplir las normas internas de buen gobierno.
El constructor murciano respondió el pasado 22 de junio al conseguir que su aliado, el ex presidente y uno de los fundadores de Sacyr, José Manuel Loureda, fuera nombrado nuevo presidente de la comisión de nombramientos del grupo, con lo que reforzaba así su posición en los órganos de gestión de la compañía.
Un aeropuerto y una autovía
La tormenta que sacude a la constructora tiene un interés añadido en la Región, puesto que es la máxima accionista de dos importantes proyectos de infraestructuras: el nuevo aeropuerto internacional y la autovía del Noroeste.
Y no se detienen ahí las derivaciones murcianas de este conflicto empresarial. Fuentes periodísticas apuntan que el objetivo final de Carceller, uno de cuyos puntos fuertes es el negocio de hidrocarburos, no es tanto Sacyr, sino la participación del 20% que la constructora tiene en Repsol, compañía que lleva a cabo una de las mayores inversiones privadas en la Región a través de la ampliación de la refinería de Escombreras.
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