domingo, 21 de noviembre de 2010

CARTAGENA/ El Parque Torres no tiene quien le sirva

LAS FECHAS CLAVE

1994. El Ayuntamiento da la gestión para quince años, por 18 millones de pesetas.
1999. Reducen el número de días de apertura por la venta de la empresa gestora.
2005. El nuevo concesionario echa el cierre por problemas económicos y falta de rentabilidad.
El Parque Torres está enclavado en la colina más alta de la ciudad y no sólo tiene unas vistas privilegiadas a la bahía y la ciudad, sino que recibe a diario a decenas de turistas atraídos por la oferta de Puerto de Culturas. Pero no tiene quien le sirva. No tiene quien le sirva aperitivos, comidas y cenas, porque el restaurante situado junto al auditorio lleva cerrado ya cinco años y ningún hostelero se ha animado a reabrirlo. Eso sí, la situación puede cambiar pronto, si alguno de los empresarios que han preguntado al Ayuntamiento por las condiciones de explotación dan un paso al frente.
La crisis económica y las fallidas experiencias anteriores en el local suponen un freno para que alguien arriesguen su dinero. Pero en la Concejalía de Comercio, que tendría que convocar un concurso para adjudicar la gestión porque es un edificio municipal, se muestran relativamente optimistas.
«La situación económica no es la mejor. Pero hablamos de un emplazamiento privilegiado y de que el Castillo de La Concepción está atrayendo a la zona a una gran cantidad de visitantes, y por lo tanto potenciales clientes. Y también está el atractivo de las actuaciones en el auditorio dentro del Festival La Mar de Músicas», comenta el concejal de Comercio, Javier Herrero.
«No se puede dar sablazos»
La presidenta de la Asociación de Hosteleros de Cartagena (Hostecar), Francisca Naranjo, apunta otro factor positivo: el tirón de este sector está teniendo en el casco histórico en los últimos meses. Y comenta que varios empresarios han pedido información a su colectivo sobre el restaurante del Parque Torres y les han derivado al Ayuntamiento.
«Hay gente interesada. Y ojalá se animen a invertir, porque es un sitio magnífico y con muchas posibilidades por el movimiento de turistas y las facilidades de acceso a través del ascensor panorámico. Además, me parece muy acertado que el Ayuntamiento esté dispuesto a dar facilidades de aparcamiento. Creo que alguien puede tomar un riesgo meditado, porque el factor sitio es muy importante y en eso lo tiene bien», reflexiona Naranjo.
Ésta desliga la falta de actividad en el establecimiento de la escasa iniciativa de los hosteleros, y a punta a que tiene bastante que ver la dinámica de la ciudad. «El casco antiguo vive un gran auge, pero durante mucho tiempo no ha sido así y eso también influye a la hora de tomar el riesgo de montar un negocio».
En su opinión, en el último cierre tuvo que ver «que no se puede pegar varapalos, no se puede dar sablazos y cobrar disparates por un vino o un plato fuera del menú».
El restaurante fue cerrado en julio del año 2005, cuando lo gestionaba por concesión municipal la empresa Explotaciones Cartago Turist. Los gestores tuvieron problemas económicos y hablaron de falta de rentabilidad del negocio.
La Policía Local precintó los accesos. Sin embargo, a pesar de la vigilancia permanente del parque, vándalos rompieron ventanas y accesos superiores y se llevaron los escasos objetos de valor que quedaban. Así que en abril de 2006, el consistorio rescató la concesión por «una infracción gravísima» de las condiciones del contrato.
Antes, en 1999 la venta de Catering Casa Tomás, concesionaria del restaurante, al Grupo Osesa, ya había hecho mella en el servicio. La concesión partía de mayo de 1994, unos meses antes de la inauguración del parque, costó 18 millones de pesetas y valía para quince años. Pero el entonces gerente de Casa Tomás, Francisco Martínez Baños, achacó la caída de clientes al cambio en la ordenación del tráfico para acceder al Parque Torres debido a la remodelación del muelle.
Sede de Manifesta
Ha pasado un año más de lo previsto para el fin de la concesión, y las vicisitudes han abocado al restaurante a ser una de las sedes expositivas de Manifesta8, la Bienal de Arte Contemporáneo que organiza la Comunidad Autónoma y que acabará el próximo 9 de enero.
El Ayuntamiento prometió a principios de 2009 que remozaría los accesos para facilitar el paso de minusválidos, y aunque la sustitución de escalones por una rampa está pendiente asegura que cumplirá pronto su plan. ¿Será el preludio del esperado renacimiento del local?

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