La limpieza, el ocio y el transporte público centran un año más las quejas de los veraneantes
15.08.11 - 00:39 - ROCÍO GONZÁLEZ | CARTAGENA./ la Verdad
Lo dicen los anuncios publicitarios: «Ven a La Manga para disfrutar de un verano diferente». Y no se equivocan. Miles de turistas y visitantes llegan en julio y agosto a esta zona del litoral esperando pasar sus vacaciones en una ciudad «de ensueño», por ser la zona turística por excelencia. No obstante, el deficiente estado de ciertos servicios públicos empaña los días de descanso de la mayoría de los que allí residen en los meses estivales. Dicen que lleva «estancada» en los mismos problemas desde hace décadas. La semana pasada la playa de Lebeche permaneció cerrada tres días por culpa de los vertidos. Además, en el Mar Menor siguen los problemas con las medusas, las babosas y los barcos fondeados. Una redactora y un fotógrafo de 'La Verdad' han comprobado 'in situ' las quejas vecinales.
El recorrido empieza en la zona de las Triolas, en la rotonda de enlace con Cabo de Palos. Tras años de protestas por los atascos y el tráfico, éste parece que ha mejorado notablemente, por lo menos a la entrada, porque en el carril contrario y en dirección a la zona de Cabo de Palos, una hilera de coches lleva sin moverse desde hace diez minutos.
En ese sentido se dirige a pie Paco Solana. Ha salido a hacer deporte. «Lo peor son los domingos a las seis de la tarde. Las colas llegan hasta la plaza de Bohemia», asegura pidiendo también una solución a uno de los principales inconvenientes de los veraneantes. De las cuatro rotondas que la Comunidad Autónoma tenía planeado construir para aliviar el tráfico solo han llevado a cabo dos y, por ahora, no hay noticias del resto.
Los inconvenientes del tráfico continúan a medida que se avanza por la Gran Vía. Faltan aparcamientos, aunque el concejal de playas de San Javier, Antonio Martínez, ya ha anunciado que en invierno habilitarán los solares de la zona del Galán y de La Manga Beach para reducir la falta de estacionamiento.
Sin embargo, en los cuatro kilómetros que pertenecen a Cartagena no hay medidas concretas en ese aspecto y, de hecho, en ese tramo es en el que más quejas se reciben por la señalización de los giros y los cambios de sentido. Los que circulan por el carril bici tienen que ir con mil ojos. Es el caso de Germán Zaragoza: « Es muy peligroso para nosotros ir por aquí y que de repente se nos meta un coche».
Solares abandonados
Por donde pasa Germán con su bicicleta, cerca del hotel Cavanna, hay una parada de autobús. Allí esperan unas seis personas, las que están de pie, visiblemente cansadas. Cuanto más miran el reloj, más se desesperan. «Es que el autobús tendría que haber estado aquí hace ya veinte minutos. Y nada. Lo cojo todos los días desde aquí hasta el zoco para ir a ver a mis nietos y siempre estamos igual», asegura José González, un jubilado.
Por otro lado, los ayuntamientos de Cartagena y San Javier achacan al retraso del transporte público el tráfico que hay a diario en la lengua de tierra. «La Manga triplica su población en verano y la entrada y la salida de todo el mundo es por el municipio de Cartagena. Hay transporte suficiente. El problema es el tráfico», indica el concejal de Transporte del Ayuntamiento de Cartagena, Francisco Espejo.
De camino hacia la bifurcación de la Gran Vía, cuyos ramales se dirigen uno hacia el Zoco y otro hacia El Pedruchillo, el olor es cuanto menos agradable. Proviene de los contenedores de basura. Abiertos de par en par y, algunos, llenos de desperdicios a media mañana, cuando la Ordenanza Municipal impide tirar basura antes de las ocho de la tarde.
«Veraneo aquí desde hace ocho años y siempre ha sido así. Hay contenedores suficientes. Pero los dejan abiertos y la gente no respeta los horarios. ¡Es increíble lo incívicos que son algunos!», exclama Pedro Ramón, un vecino de La Manga.
La limpieza viaria y de algunas playas, como la de El Estacio también ha recibido críticas. «Da vergüenza venir a La Manga, sobre todo a la zona de Cartagena. La de San Javier está más cuidada. Desde luego que para ser un lugar turístico deja mucho que desear en limpieza y yo no he visto mejora alguna en los veinte años que llevo viviendo aquí», explica Francisco Martínez.
Excrementos de perros en las aceras, chicles pegados, solares sucios, grafitis en las paredes, montañas de algas en la zona de El Estacio que inutilizan casi doscientos metros de playa... la lista parece interminable y el descontento vecinal cada vez va a más. «Vas andando y tienes que ir sorteando las cacas de los perros y luego hay un montonazo de solares abandonados que no limpia nadie. También hay que decir que la limpieza de las playas ha mejorado considerablemente», añade Martínez.
Poco ocio y paseos marítimos
Desde la entrada de La Manga hasta pasado el Pudrimel se contabilizan casi una decena de parcelas abandonadas. Algunas con edificios a medio construir, como la que está junto al hotel Doblemar. Los veraneantes proponen «cercar esas parcelas para que por lo menos no se vea la suciedad que se acumula dentro», sugiere Jaione Arestia.
Ya en la zona de playa, el paseo marítimo solo se puede seguir por tramos. Nada de ir de playa en playa paseando, sino que cada una tiene un tramo adaptado a su extensión. En 2009 la Consejería de Obras Públicas presentó un proyecto para mejorar y rehabilitar el paseo marítimo de La Manga y construir uno que fuera desde la Gola de Marchamalo hasta el límite del municipio de San Javier. Desde esa fecha no se tienen más noticias del proyecto. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con un responsable de ese departamento para saber en qué ha quedado esa idea, sin obtener respuesta.
Los veraneantes, como Sonsoles Fernández, creen que «no se debería alargar mucho más la idea de hacer un paseo marítimo. La zona ganaría mucho. Yo he estado en playas cántabras y a todas horas hay gente por el paseo marítimo y no es un lugar tan turístico en verano como el Sur», argumenta.
Al atardecer, los problemas de La Manga del Mar Menor no remiten. La parte trasera del Zoco de Levante se ha convertido ya en el lugar de 'botelleo' de verano. El ruido, las basuras que dejan los jóvenes por la noche e incluso el incivismo, mosquea desde hace años a los residentes de los bloques de viviendas cercanos. Es el caso de Amelia Paredes: «Si por lo menos fueran limpios, lo podría entender, pero son unos guarros. Nos dejan todo esto lleno de botellas y se mean». Pero eso se va a acabar. El Ayuntamiento de San Javier promete poner ya en marcha un dispositivo policial de prevención.
Los que sí hacen 'botelleo', como Pedro Ramón, confiesan que es por falta de ocio nocturno en plena Manga del Mar Menor. El concejal de Playas de San Javier lo admite. Para él, en San Javier no se organizan macroconciertos porque «es una zona más estrecha que la de Cartagena». ¿Para cuándo una mejora del ocio y de los servicios en La Manga? Los vecinos esperan que, como anuncian los carteles, el próximo verano sí que sea diferente.
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