Veinticinco agentes forcejean con los trabajadores y detienen a dos que intentaron impedir la demolición
16.02.11 - 01:25 -
Pegados a la pared como si la vida les fuera en ello. En sus caras se veía rabia, desanimo, miedo y ganas de luchar por sus trabajos. Una treintena de obreros de la empresa Cartagenera de Montajes Industriales (Camoin), ubicada en la carretera de Tentegorra, junto a Eroski, intentó ayer evitar el derribo del muro que resguarda la nave y el solar donde algunos de ellos llevan trabajando toda su vida. Pero les fue imposible. Una veintena de policías locales los desalojaron a la fuerza y una pala cargadora ejecutó la orden del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que dictaminó en 2008 la demolición de la pared por haber sido construida sin licencia.
Los dueños estaban avisados desde hace año y medio, pero no fue hasta el lunes por la tarde cuando un administrativo del Ayuntamiento les notificó la ejecución de la sentencia. Algunos de los trabajadores no se lo creyeron hasta que ayer, minutos antes de las nueve de la mañana, vieron llegar dos palas por el aparcamiento del Eroski. Los obreros estaban en ese momento en la puerta de su empresa con pancartas en las que se leía: «No dejaremos que derrumben nuestro trabajo».
Los conductores de las máquinas se dirigieron directamente hacia una parte del muro, en plena rambla de Benipila para comenzar el derribo. Fue entonces cuando los obreros soltaron las pancartas, y en presencia de la Policía Local, se pusieron pegados a la pared, enfrente de las máquinas para impedir la demolición. Los efectivos de seguridad les exigieron que se quitaran, pero se negaron, tras lo que cargaron contra ellos. «Nos han empujado y golpeado. A esto no hay derecho. Sólo estábamos defendiendo nuestros trabajos, los mismos que perderemos después de esto», explicó uno de los empleados de la empresa, que prefirió mantener su anonimato.
A la comisaría
A pesar de la carga policial, dos obreros aguantaron aferrados al muro. Entonces, los policías les detuvieron y trasladaron en un coche patrulla a la comisaría de la Policía Nacional acusados de resistencia a la autoridad. Ambos fueron puestos en libertad por la tarde y hoy prestarán declaración ante el juez.
Las detenciones fueron como una advertencia. A partir de ese momento los ánimos se calmaron y la pala cargadora comenzó el derribo entre los gritos de los trabajadores pidiendo justicia. «Es muy triste. En las condiciones de crisis en las que estamos y que nos quiten nuestro trabajo de esta forma. Tenemos familias que mantener. Es injusto», explicó Antonio Mateo.
Los dueños de la empresa construyeron el muro hace ocho años, pero sin licencia, según el Ayuntamiento . «La empresa que arregló la rambla nos prometió que nos construiría uno, pero pasado el tiempo lo hicimos nosotros, en nuestros terrenos. No entendemos por qué es ilegal», dijo el propietario, Juan Antonio Conesa.
Nave al descubierto
El derribo del muro ha provocado que la nave y el solar donde almacenan restos de chatarras queden al descubierto, lo que según explicó el dueño, «hará que no podamos seguir trabajando». Tanto es así que ayer por la tarde la gerente de la empresa, Josefa Conesa, anunció a treinta trabajadores, de los setenta que tiene contratados, que tenía que prescindir de ellos «porque ya no tiene trabajo para todos».
Dice que en los dos últimos años llevan cerca de 150 robos, prácticamente a dos por semana. «Si con el muro ya entraban los ladrones a por chatarra, ahora, sin él será nuestra ruina», dijo Juan Antonio Conesa. En uno de los asaltos que sufrieron en septiembre del año pasado se llevaron más de 150.000 euros en materiales, aseguró.
Un juez decretó en 2008 el desahucio de Camoin porque ocupa parte de un solar, que tenía alquilado a otros dueños que ahora lo reclaman. Conesa acusó al Ayuntamiento de moverse exclusivamente con afán urbanístico. «No me niego a irme, pero que antes me expropien los terrenos con el valor que tienen en la actualidad», concluyó el empresario.
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