La Consejería usará el sistema de monitorización que ya aplica en los centros de salud, con el que pretende detectar el abuso de medicamentos caros
28.12.11 - 00:43 -
La Consejería de Sanidad comenzará en enero a monitorizar el gasto en recetas que generan los centros de Salud Mental. Esto significa que se controlará mensualmente el uso de los antidepresivos más comunes consulta por consulta. Se aplicará el mismo sistema que ya se utiliza en Atención Primaria con los principios activos más habituales y más gravosos para las arcas públicas. La monitorización se ampliará también a lo largo del próximo año a la farmacia hospitalaria, que se 'come' unos 140 millones de euros al año y cuya factura no deja de crecer.
El control de los antidepresivos preocupa especialmente a Sanidad. «Se utilizan muchos fármacos de última generación que pueden llegar a costar dos o tres veces más. Se usan buscando una mejoría del paciente, pero hay que tener en cuenta si realmente suponen una mayor eficacia», explica José Antonio García Córdoba, director general de Ordenación y Planificación Sanitaria. Según un informe de este departamento, en 2009 se dispensaron en la Región 896.100 envases de antidepresivos y se consumieron diariamente 56 dosis por cada 1.000 habitantes. El coste para el Servicio Murciano de Salud fue de 21,5 millones de euros. En dos años, el número de recetas se disparó un 14%.
El estudio arrojaba otro dato: el 42% de los antidepresivos que se prescriben en la sanidad pública murciana son de última generación. En 2010, la Consejería puso en marcha un programa para el control del uso de este tipo de medicamentos y editó una 'Guía de práctica clínica de los trastornos depresivos'. Ya en 2011, la Dirección de Planificación y Ordenación Sanitaria introdujo dos antidepresivos -el escitalopram y la venlafaxina- en su plan de promoción de la prescripción por principio activo. El escitalopram cuesta al año 6 millones de euros. La venlafaxina, 4,9 millones.
En noviembre, el Ministerio de Sanidad implantó la prescripción por principio activo en toda España, y por tanto el conjunto de antidepresivos han pasado a recetarse por esta vía. Pero el Servicio Murciano de Salud considera que los controles siguen siendo necesarios. Entre otras cosas porque lo previsible es que la industria se lance a sacar nuevos principios activos más caros que los anteriores. «Lo principal es valorar qué aportaciones terapéuticas ofrece el nuevo fármaco. Tiene que probarse su eficacia, porque si no, no tiene sentido», subraya José Antonio García Córdoba.
Por servicios
El director de Ordenación y Planificación Sanitaria espera contar también para principios de 2012 con un sistema de monitorización del gasto en farmacia hospitalaria. Se controlará la evolución en cada servicio y en cada centro. El gasto farmacéutico que se genera en los hospitales ronda los 140 millones de euros anuales. Esta cantidad incluye los medicamentos que se dispensa a los pacientes ingresados y, sobre todo, los que se suministran de forma ambulatoria. Por ejemplo, a los pacientes con insuficiencia renal o con cáncer. «Aquí es donde está el principal capítulo de gasto, y es donde queremos actuar», explica García Córdoba.
Compras centralizada
Más allá de la mejora en las herramientas de control, Sanidad planea ahorrar comprando de forma centralizada los medicamentos para luego distribuirlos a los hospitales. Hasta ahora, la central de compras había funcionado para productos sanitarios y materiales, mientras cada hospital seguía adquiriendo los fármacos por su cuenta. El primer concurso centralizado está ya listo: permitirá abastecer de eritropoyetina (EPO) al Servicio Murciano de Salud por menos del doble de lo que paga ahora: de un gasto anual de 7 millones se pasará a 3,5. Al menos ésa es la previsión de la Consejería, explica el director de Ordenación y Planificación Sanitaria. La EPO se usa en pacientes con anemia vinculada a la insuficiencia renal crónica.
Después de este concurso vendrán otros tres: antirretrovirales (para pacientes con VIH) interferón (usado con enfermos de cáncer) y hormonas del crecimiento (un envase puede llegar a costar, según la marca, más de 1.000 euros). Estos tres fármacos se llevan buena parte de la factura en farmacia de los hospitales murcianos. «Lo que haremos es ver qué hospital compra más barato y establecer a partir de ahí el precio de salida de la adjudicación», explica José Antonio García Córdoba.
Mejor coordinación
Sanidad también quiere mejorar la coordinación entre los médicos de familia y los especialistas de los hospitales, y facilitar la prescripción por principio activo a estos últimos adaptando las aplicaciones informáticas que utilizan en sus consultas.
Un informe interno de la Consejería advierte de la necesidad de establecer protocolos claros en los que se establezcan directrices generales de prescripción en las enfermedades más comunes. Además, el documento lamenta que «no parece haber una apuesta decidida de las gerencias por estos temas». Es un tirón de orejas a los equipos directivos de los hospitales. «Debería mejorar su participación e implicación», sugieren los técnicos de la Consejería.
El dilema del Sintrom
Que la factura farmacéutica debe controlarse con medidas como la prescripción por principio activo es algo que la mayoría de profesionales aprueba. Pero tanto médicos como usuarios piden que no se llegue al extremo de desechar tratamientos efectivos por su elevado coste. La Asociación Española contra el Cáncer recordó la semana pasada al nuevo Gobierno central que las medidas no deben afectar a la atención a los pacientes, ni tampoco a los planes de prevención. Una encuesta del Instituto de Estudios Médico Científicos (INESME) entre oncólogos de toda España que se dio a conocer antes de Navidad pone sobre la mesa el miedo de los especialistas a que los recortes afecten al acceso a tratamientos innovadores. De hecho, el 81% de los encuestados asegura que ya sufren dificultades en sus hospitales. Pero si hay un campo que puede verse afectado de forma inminente es el de los anticoagulantes. Los investigadores -entre ellos los del Centro Regional de Hemodonación- están consiguiendo nuevos fármacos que evitan muchos inconvenientes del Sintrom. Por ejemplo, no requieren de tantos controles y reducen los riesgos de trombosis y hemorragias.
Sin embargo, estos medicamentos son mucho más caros. La Consejería de Sanidad todavía no ha decidido qué hacer ante esta situación. El servicio de Hematología del Morales Meseguer ha propuesto un protocolo de actuación para la prescripción de Dabigatran, uno de estos nuevos anticoagulantes. Pero pese a los beneficios ya contrastados del fármaco, fuentes de Sanidad admiten que «hay resistencias» en algunos departamentos de la Consejería a su dispensación. Sustituir el Sintrom, que actualmente consumen unos 15.000 murcianos, por los nuevos medicamentos, tendría un coste de 20 millones de euros anuales.
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