Una clínica privada de Murcia es condenada a pagar 1,4 millones a un hombre de Cartagena y a su mujer por las secuelas graves
13.11.12 - 01:40 -
El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Murcia ha condenado a la aseguradora de una clínica privada de Murcia, La Vega, a indemnizar con 1,4 millones de euros a un hombre nacido en Cartagena y a su esposa por un error en el diagnóstico de ictus -un infarto cerebral- sufrido por el primero en junio de 2007.
Según informó en un comunicado la asociación Defensor del Paciente, la aseguradora M.S.A. deberá abonar a Z.U.T. 650.000 euros y a su cónyuge, N.S.A., 100.000 euros. A estas cantidades hay que sumarles los intereses sancionadores de la Ley de Contrato de Seguro.
El hombre, que entonces tenía 43 años, fue asistido de urgencia en una clínica por vómitos y alteraciones del habla y la visión. Le practicaron un TAC (escáner), tras el cual no fue derivado a un neurólogo, sino que se le dio de alta con diagnóstico de «migraña».
Al día siguiente el paciente (casado y con tres hijos) volvió a ser conducido a urgencias, esta vez al hospital público Los Arcos de San Javier. Allí le diagnosticaron un ictus y le derivaron al hospital público La Arrixaca de Murcia. En este centro ya no se le pudo intervenir y evitar graves secuelas, incluida la gran invalidez con necesidad de asistencia de terceros para la vida diaria. El motivo fue el excesivo tiempo transcurrido desde el comienzo del ictus.
La familia acudió al citado colectivo, que puso el caso en manos del abogado Ignacio Martínez y planteó una reclamación. A través de la vía judicial, el afectado expuso que fue conducido con los síntomas guía de un AIT (un accidente isquémico transitorio) y la alteración del habla y de la vista, y que sin embargo no se le remitió por la vía de urgencia para ser valorado por un neurólogo, según exigían los protocolos médicos del código ictus.
Asimismo, según esa misma reclamación se le dio de alta con un diagnóstico de migraña, que no era posible en un paciente con más de 40 años sin antecedentes de haberla padecido antes.
Según la citada asociación, que preside Carmen Flores, se perdió un tiempo fundamental para haber evitado o mitigado las secuelas que sufrió cuando al día siguiente el ictus se desencadenó.
La clínica y su aseguradora declinaron toda responsabilidad, por lo que la asociación interpuso una demanda que dio lugar a un procedimiento civil.
En su comunicado, el Defensor del Paciente resalta que según determinó un perito, a tenor de los síntomas que presentaba el paciente debió hacerse una exploración neurológica sistematizada. Ésta se recoge en un protocolo como una tarea de los neurólogos, puesto que los síntomas que presentaba el paciente son síntomas guía de un Accidente Isquémico Transitorio. El objetivo es predecir un posible derrame cerebral.
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