FRANCISCO J. MOYA.-
Cartagena y Hércules regalaron ayer más de medio ascenso a Betis y Levante en un partido dominado por el miedo a quedarse ahogados en la orilla tras diez meses nadando. El fútbol es cruel y, salvo sorpresa, no va a permitir que ninguno de los dos equipos que ayer comparecieron en el recinto de Benipila puedan saborear el rico guiso de la Primera División. Salvo milagro, Cartagena -el que nos importa- y Hércules se van a quedar sin subir. Y eso es una injusticia grandísima, porque ambos han hecho méritos suficientes para estar el año que viene entre los mejores 20 equipos del país de la piel de toro. Sólo se han equivocado al final.La primera parte evideció que lo que se jugaban anoche los dos equipos era muchísimo. Demasiado como para tener calma y sosiego. Demasiado para demostrar aplomo sobre el césped. Sólo Farinós, con mil batallas a sus espaldas, y Tote, uno de esos tipos talentosos con los nervios de acero que se desenvuelve en una final igual que en una pachanga, sabían qué hacer con el balón. En el Cartagena nadie tenía claridad. Lafuente y De Lucas querían la pelota, pero sus intentos no fructificaban. No daba, ni siquiera, para que los locales inquietaran a Calatayud.
Tras una buena acción de Clavero por la izquierda en el minuto 1, llegó el primer gran susto de la noche. Sendoa se fue de Expósito con facilidad y su centro se lo tragó Etxeita. Danciulescu, que no esperaba el regalo del central vasco, se encontró el balón y no dirigió bien su remate a bocajarro.
El Cartagena quiso tener la pelota para no sufrir, pero cada vez que intentaba salir jugando desde atrás cometía un error. Etxeita no es Pablo Ruiz. Chus Herrero no es Cygan. Y por eso a este Efesé le cuesta tanto hacer lo que hacía hasta antes de Navidad. Portillo y Tote estuvieron muy cerca de aprovecharse de esos fallos de la zaga albinegra, que también tenían mucho que ver con el exceso de responsabilidad y la presión que soportaban las botas de los locales.
En el minuto 18 pisó por fin el Cartagena el área del rival. En una acción embarullada, dio la impresión de que Paco Peña cometía penalti sobre Toché. La grada estalló contra Miranda Torres, quien completó un abitraje europeo -sin penaltis ni tarjetas- pero la indignación se transformó en alivio cuando en la jugada siguiente el árbitro compensó, no señalando un claro derribo dentro del área del meta Rubén a Tote, en la única arrancada del ex del Madrid en el primer acto.
Cambia el partido
De Lucas respondió rápido con un zurdazo muy lejano -después hubo otro de Farinós- y el partido entró en una fase en la que no sucedía nada. Eso sí, el Hércules daba sensación de peligro. El Cartagena, sólo resistía. Pero no creía. Sólo empezó a confiar en sus posibilidades tras un remate de cabeza de Etxeita al larguero, tras una falta lateral bien forzada por Víctor y mejor lanzada por De Lucas. Ya era el minuto 50. El partido tomaba otro camino. El viento iba a favor del Efesé. El aire, también.
Pero el Hércules no podía especular. El 0-0 era funesto para los dos. Dejaba el ascenso en bandeja al Betis y al Levante. Por eso, los alicantinos buscaron a Tote, que se inventó un pase al hueco a Portillo. Rubén estuvo atento. De Lucas también se activó y regaló una ocasión de gol a Toché, pero Abraham Paz corrió más que el santomerano y abortó la ocasión.
El miedo estaba metido en el cuerpo de todo el mundo. El encuentro estaba abierto y daba la sensación de que ganaría el que marcara. Y daba la impresión de que eso sucedería a balón parado. Tras el rechace de un saque de esquina, tuvo el Hércules el 0-1. Danciulescu demostró que no es un goleador por segunda vez en una noche en la que pudo entrar en la historia del Hércules. Pero el rumano demostró que es un delantero de Segunda. En el tiempo de prolongación redondeó su noche negra lanzando fuera un balón claro de gol.
Antes de que eso ocurriera, el cuadro de Juan Ignacio tuvo el partido en sus manos. Primero, De Lucas. El catalán recogió un pase de Expósito dentro del área y su disparo de marchó un poco alto. Para entonces ya estaban en el campo Balboa, que volvió a jugar tras dos meses fuera de las convocatorias, y 'Negrito' Quintero. Con los dos en el campo, el técnico local intentó darle velocidad al juego de su equipo y, sobre todo, profundidad por las bandas. Lo logró con Balboa, que hizo más en un cuarto de hora de lo que ha hecho en los dos últimos años. Tiene talento, nivel y una zancada descomunal, pero nadie sabe por qué el guineano está a punto de quedarse en el camino.
En los diez últimos minutos, apretó la grada del Cartagonova de una manera maravillosa. Y el Hércules dio un paso atrás. Los locales entendieron que tan malo era empatar como perder. Por eso, se fueron arriba. Les faltó criterio, porque Longás no estaba. Desde que volvió de la lesión, el maño no ha estado. ¡Qué pena! Pero tuvieron brío, todo el que aportó un Balboa que volvió loco a Juanra.
De una arrancada magnífica del guineano brotó la ocasión definitiva. Era el último minuto de un partido sólo apto para sufridores. Era la oportunidad de hacer el gol que daba medio ascenso al Efesé. Pero el balón no le cayó a Toché. Ni a De Lucas. Lo recogió 'Negrito' Quintero, solo dentro del área, pero dudó, se entretuvo y Peña llegó a tiempo para salvar a los alicantinos.
Siendo realistas, el Cartagena necesita una carambola dificilísima para subir a Primera. Pero no hay que lamentarse ni un solo segundo. Toca ganar en Huelva y esperar un milagro doble. Que pierda el Betis en Salamanca. Y que el Hércules no gane en casa ante un Rayo virtualmente salvado. Cuando dentro de quince días esto acabe, llegará el momento de que las palmas de las manos de toda la afición queden enrojecidas de tanto aplaudir al mejor Cartagena de la historia. Pase lo que pase. ¡Qué temporada!
Cartagena y Hércules regalaron ayer más de medio ascenso a Betis y Levante en un partido dominado por el miedo a quedarse ahogados en la orilla tras diez meses nadando. El fútbol es cruel y, salvo sorpresa, no va a permitir que ninguno de los dos equipos que ayer comparecieron en el recinto de Benipila puedan saborear el rico guiso de la Primera División. Salvo milagro, Cartagena -el que nos importa- y Hércules se van a quedar sin subir. Y eso es una injusticia grandísima, porque ambos han hecho méritos suficientes para estar el año que viene entre los mejores 20 equipos del país de la piel de toro. Sólo se han equivocado al final.
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