lunes, 7 de junio de 2010

CARTAGENA/ Defensa reprende a Navantia por poner al revés los motores del Infanta Cristina

EUROPA PRESS
Defensa ha dado "un toque de atención" a Navantia por el "pequeño error" que cometió el grupo de astilleros al colocar "al revés" los motores en el patrullero de altura Infanta Elena, informaron fuentes gubernamentales. El ministerio ha manifestado a la compañía de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) su malestar por el error técnico de su factoría de Cartagena al ensamblar los dos motores. La empresa instaló el motor de babor (izquierda) en estribor (derecha) y viceversa, por lo que tendrá que recolocarlos, después de haber puesto a punto los dos propulsores, en cumplimiento de un contrato destinado a reforzar el empuje y la vida operativa del citado buque. Fuentes de Navantia admitieron el error en la instalación y subrayaron que no representa un fallo grave porque los motores que se acaban de incorporar a la corbeta no son los propios del buque sino que proceden de otro navío y, por tanto, presentan diferencias técnicas y de diseño, lo que hizo que el ensamblaje presentara complicaciones, ahora ya subsanadas. Tanto la Armada como Defensa consideran que no se pueden cometer errores de ese tipo y que esos fallos dañan la imagen de una compañía de alto nivel que ya ha conseguido reconocimiento internacional. La institución que dirige el almirante general Manuel Rebollo García y el Ministerio han dado por buenas las explicaciones de Navantia, que dice que estos fallos pueden producirse cuando los sistemas de trabajo todavía tienen que ser optimizados para adaptar la compañía a los niveles de eficacia que requiere una firma con una cartera de pedidos más grande de lo previsto cuando fue creada. En un foro organizado esta semana en Madrid por Navantia, el presidente de la compañía Aurelio Martínez dijo que los 80 millones de euros de pérdidas de los últimos resultados se deben a la escasez de personal que sufre la empresa para afrontar la enorme carga laboral de los próximos 20 meses, en los que deben entregar 12 buques. Sobre las diferencias con la compañía gala DCNS, indicó que han intentado superar el conflicto con la empresa francesa pero, al no conseguirlo, ha decidido que acudirá al tribunal de arbitraje que dirimirá las diferencias y exigirá que Brasil aporte a la firma española el 50% de la propiedad intelectual del submarino franco-español Scorpene, si este sumergible es finalmente elegido por la Marina del país iberoamericano.

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