La incidencia en la Región se hará más patente a partir de hoy, cuando los médicos empiecen a dar recetas con los códigos de renta para los usuarios
El copago farmacéutico estrenó ayer su ampliación en la Región con una mezcla de desconocimiento e interinidad. El hecho de que Murcia no expida recetas electrónicas hizo que los clientes de las casi un centenar de farmacias que ayer abrieron sus puertas -entre guardias y horarios extendidos- acudieran a ellas o bien armados de partes de Urgencias o de las viejas recetas de color rojo. Aunque a ambas se les aplicará el aumento en el porcentaje que pagamos por los medicamentos, la ausencia en las mismas de los famosos códigos 'T', que identifican nuestros niveles de renta y nuestra situación de cara al régimen de la Seguridad Social, dejó ayer casi sin poner a prueba el 'software' que los farmacéuticos habían descargado para implementar el copago.
De hecho, los propios clientes que acudían a las distintas farmacias desconocían en su mayoría que hoy era el día en que empezaban a pagar más y, en el caso de los jubilados, por vez primera. Eso, en el mejor de los casos: «Había gente que incluso nos daba un euro por receta, porque pensaban que la medida que se ha empezado a aplicar en Cataluña era para toda España», relata Miriam Maldonado detrás del mostrador de la farmacia 24 horas de la Plaza de Castilla. Los farmacéuticos de la Región (561 establecimientos) lamentan también la premura y cierta precipitación con la que han acabado aplicando la medida. «Hasta el mismo sábado no estuvieron completamente listos los programas informáticos», señalan fuentes del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región, que destacaron también la «absoluta normalidad» de la jornada.
Fuentes de la Consejería de Sanidad informaron ayer de que el servicio de Informática había estado trabajando «todo el fin de semana» para que las aplicaciones informáticas para la emisión de las nuevas recetas estuvieran listas. «De hecho, hoy [ayer para el lector] se ha llevado a cabo una prueba general con éxito», señalaban las mismas fuentes, que agradecieron el «enorme esfuerzo» que los farmacéuticos están llevando a cabo.
Y no es para menos. En apenas 12 años, han tenido que aplicar hasta 23 cambios normativos, tres de ellos en los últimos años, con todo el trabajo que implica la adaptación. Lo cuenta Ascensión Campillo, con farmacia en el barrio de El Carmen, que se ha pasado delante del ordenador la última semana, ajustando los programas que les ha hecho llegar el Colegio. «Suerte que no había que hacer programación pura y dura, porque si no...», relata. El goteo de clientes en su despacho fue ayer constante, como constante fueron las dudas que planteaban tanto a ella como a sus empleados. «No es lógico que se diga en abril que se va a implantar el copago y hasta tres días antes de ponerlo en marcha no se puedan modificar los programas. O que los clientes tengan tantas dudas, hubiera sido necesario una campaña informativa más amplia, aunque la medida se hubiera tenido que retrasar hasta, por ejemplo, el mes de octubre», explica.
Una medida «necesaria»
Más allá de problemas técnicos y falta de información, la sensación a pie de calle es que la medida es necesaria para salvar el sistema. Algunos, como Cristóbal López, cree que incluso se debería haber aumentado la presión sobre otros colectivos para «evitar que los pensionistas paguen por sus medicinas». Con dos niños, su preocupación es que «la sanidad y la educación puedan salvarse y preservarse» de los efectos de la crisis.
En el otro lado, los pensionistas. Paqui ha recogido las medicinas para su madre de 90 años y, pese a que su médico le informó someramente de la medida, cree que sigue «faltando información». Francisco Verdú lamenta que «pagar sea siempre lo primero» y tiene dudas sobre el mecanismo que en teoría le devolverá el dinero que pague de más por sus medicinas. «De todos modos, no tenemos ni voz, ni voto. Son lentejas, las tomás o las dejas», lamenta mientras paga por vez primera por sus medicamentos.
El caso es que el copago pasará hoy y mañana una verdadera reválida, cuando las recetas con los códigos 'T' empiecen a inundar los mostradores. Desde la Consejería de Sanidad se asegura que no va a haber problemas y que la funcionalidad del sistema ha sido «confirmada» con diversos tests a lo largo del fin de semana.
La siguiente gran prueba del sistema del copago farmacéutico tendrá lugar dentro de seis meses, cuando la Comunidad Autónoma tiene previsto efectuar el reintegro a los pensionistas -se calcula que a unos 49.000- de lo que han pagado por encima del límite de 8 euros fijado en la normativa.
Las reacciones políticas al copago no se hicieron ayer esperar. UPyD lo rechazó y aprovechó para criticar los recortes «que deterioran las prestaciones en Sanidad», según su coordinador regional, Rafael Sánchez, que añadió que la disminución de personal y el cierre de dependencias durante el verano «van a repercutir directamente a los usuarios», y que antes de pedir un esfuerzo complementario a los ciudadanos «hay que acabar con las duplicidades, que se siguen produciendo».
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