La decisión del Gobierno central de liberar 24 millones para la revisión del submarino y 17 para motores de la Armada lleva la tranquilidad al astillero local de Navantia
Un gran alivio en medio de la tormenta económica por la crisis y el histórico recorte presupuestario del Gobierno central. Eso es lo que ha supuesto para el astillero público de Navantia en Cartagena, y en particular para los trabajadores directos y de las empresas auxiliares, la decisión del Ejecutivo de la Nación de liberar 41,3 millones de euros para dos importantes contratos con la Armada Española : la reparación del submarino 'Mistral' y el mantenimiento de los motores diésel.
La aprobación por parte del Consejo de Ministros del pasado viernes de esos dos gastos garantizan carga de trabajo para a corto y medio plazo, y despejan las dudas sobre la posible suspensión de esos programas del Ministerio de Defensa por los 'tijeretazos' de Rajoy.
Solo la denominada carena del sumergible 'Mistral', que pertenece a la clase S-73, implica a unos trescientos trabajadores. Su tarea seguirá, así, hasta abril del próximo año, fecha prevista para la entrega del submarino a la Armada.
Habrán transcurrido así unos diecisiete meses de trabajo para la puesta a punto de un submarino empleado en 2011 en el despliegue marítimo de la OTAN en aguas de Libia, para garantizar el embargo internacional de armas impuesto por Naciones Unidas al régimen del dictador Gadafi.
El contrato al que dio su visto bueno el Gobierno obedece a la cuarta revisión completa del 'Mistral', y tiene un coste de 24,1 millones de euros en tres anualidades. La revisión completa o «gran carena» se efectuará en el astillero de Navantia en Cartagena y tiene como objetivo mantener el nivel óptimo de operatividad del submarino.
Cuarta inspección completa
Se abordarán cuatro tipos de tareas: el desmontaje de equipos que habitualmente no puede efectuarse durante el ciclo operativo del buque; mantenimientos preventivos de gran alcance; inspecciones exhaustivas de todos los componentes que pueden afectar a la seguridad; y sustitución de piezas y componentes que no superen la inspección anterior.
Aunque la inclusión en los presupuestos generales del Estado de 2012 de una partida para esta carena supuso un motivo de tranquilidad para los obreros del astillero de Cartagena, tras las protestas de febrero por el parón en las obras ante la falta de liquidez, los recortes de las últimas semanas habían vuelto a llevar la inquietud a la plantilla.
El otro contrato es el de mantenimiento integral de motores diésel de la Armada. Son 17,2 millones de euros, distribuidos en tres años. El objetivo, según ha informado el Gobierno, es lograr una estrategia de mantenimiento centralizada, a través de una «unificación de criterios de calidad y procedimientos de trabajo para establecer una ingeniería de ciclo de vida».
Así, según ha indicado el Ejecutivo «Con las mejoras en el mantenimiento, el seguimiento, la configuración y la actualización técnica se pretende alcanzar una optimización en la planificación, la disponibilidad y la fiabilidad de las unidades» para el área de motores.
Fuentes del astillero reconocieron la satisfacción con la que se ha recibido la luz verde a esto dos contratos, ya que si bien el hecho de trabajar para la Armada es una garantía de cumplimiento, no han dejado de sucederse las noticias sobre nuevas reducciones presupuestarias en el ámbito de la defensa nacional.
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