Decenas de miles de murcianos atrapados por las preferentes tendrán que esperar al menos cuatro años para recuperar todos sus ahorros con los canjes
08.07.12 - 00:37 -
¿Quién no tiene un familiar o un conocido atrapado por las preferentes? Una palabra que se está haciendo tan impopular como la prima de riesgo. Un producto financiero cuya complejidad y elevado riesgo no preocupaba tanto cuando la economía marchaba bien y los bancos y cajas daban beneficios, lo cual generaba remuneraciones muy altas, por encima del 7% anual. Además, su atractivo facilitaba el cruce entre clientes. Pero este invento financiero, utilizado por todas las entidades durante el ultimo decenio, ha mostrado su peor cara con la crisis: ya no hay beneficios bancarios y los afectados se han quedado atrapados al comprobar que esos ahorros que dieron a los bancos a cambio de participaciones preferentes tenían carácter perpetuo, sin fecha de vencimiento, eran 'ilíquidos' y no se traducían en dinero contante y sonante. Hasta ahí el trazo grueso.
La letra pequeña ha puesto al descubierto una mala praxis bancaria en muchos casos: infinidad de modestos clientes y ahorradores no sabían exactamente lo que habían comprado, o lo que le habían 'colocado' en su oficina de toda la vida, lo cual ha puesto al descubierto el epicentro del problema porque se sienten engañados y defraudados en una especie de corralito del que hasta ahora no pueden sacar su dinero.
Los bancos y cajas han puesto en marcha mecanismos para que los afectados puedan recuperar lo invertido a través del canje por acciones o por depósitos a plazo fijo. La devolución a tocateja de este dinero no es posible, recalcan las entidades, que confían en que en un corto plazo los afectados se vean compensados. Probablemente en cuatro años, que es el estándar de los canjes que se están efectuando. Eso si la banca se recupera y si la Bolsa levanta cabeza. Aunque en estos momentos no es un consuelo, se puede decir que peor lo tienen los titulares de la cuotas participativas de Caja Mediterráneo (CAM), que han perdido todo su valor y que probablemente mañana queden oficialmente desaparecidas en una asamblea de la antigua Caja que se prevé conflictiva.
Las preferentes no son el único producto complejo colocado en el mercado, aunque sí el más extendido entre los que se podrían considerar como ahorradores o inversores pasivos; ya que también están la deuda subordinada, los 'hedge funds', futuros, 'warrants', opciones, 'swaps', otros derivados y un largo etcétera solo aptos para los amantes el alto riesgo y de la nicotina financiera. Los swaps han terminado en sentencias condenatorias a varios bancos, que han tenido que reintegrar el dinero.
Se estima que entre los años 2000 y 2011 las entidades emitieron unos 30.000 millones en preferentes para recapitalizarse, que engancharon a cerca de un millón de ahorradores y familias españolas y residentes extranjeros que contrataron de por vida una mezcla de depósito y acción, sin derechos políticos y muy a merced de los vaivenes de la economía. En los casos de los extranjeros, determinados canjes deben estar autorizados por las autoridades monetarias de sus países de origen.
En definitiva, un especie de producto de renta fija, fruto de la más depurada alquimia financiera, que las oficinas bancarias ofrecieron a sus clientes como si fuera un depósito tradicional. Las contraindicaciones no se explicaron y en la mayoría de operaciones no se realizaron los test de idoneidad y de conveniencia -la MIFID (Markets in Financial Instruments Directive)- obligados por la legislación de la Unión Europea. Una prueba para recabar del cliente la información necesaria que le permita determinar si tiene la experiencia y los conocimientos suficientes para comprender los riesgos que implica un producto financiero específico. Precisamente los clientes minoristas son los que debían tener mayor grado de protección. Si a éstos se les hubiera dicho al principio que su dinero quedaba retenido a perpetuidad, salvo que pudiera vender su participación a otro cliente, muchos se lo habrían pensado y habrían optado por otro tipo de depósito menos 'atractivo'.
Mil millones de euros
Los inversores más avezados y experimentados sabían perfectamente a lo que se exponían, pero la 'carga de la prueba' está en el drama de aquellos otros que no sabían ni siquiera lo que su banco o caja les había ofrecido hasta que acudieron para intentar sacar su dinero. En la Región de Murcia pueden ser más de 25.000 los afectados y el volumen conflictivo estaría por encima de los 1.000 millones de euros según un cálculo conservador, aunque no hay cifras fiables.
En determinados casos, y para hacer frente a urgencias económicas familiares, algunas oficinas ofrecen a los afectados un préstamo sobre sus preferentes, lo cual ha acentuado la indignación de los perjudicados que se sienten doblemente maltratados al tener que hacer frente ahora a unos intereses. En otros casos, las entidades tratan de atender estos problemas de liquidez con un trato distinto y más personal, ya que uno de sus objetivos es fidelizar a los clientes y tratar de recuperar la confianza perdida. Aunque inevitablemente pagan justos por pecadores, la banca en general, cuya aceptación social está por los suelos por los escándalos de los últimos meses, trata de mejorar su imagen y fomentar una nueva cultura de relación con los clientes.
Muchos adquirieron preferentes aconsejados por su oficina del barrio y guiados por una relación de confianza. Por empleados que luego fueron diana de las protestas y quejas por parte de sus clientes y amigos de toda la vida. Con los mecanismos de canje puestos en marcha los empleados tienen ahora una salida que ofrecer a los ahorradores para que éstos empiecen a ver su dinero.
A quienes se les ofrezca el canje por acciones, como es el caso de CAM-Sabadell, y como han hecho otras entidades, pueden venderlas al día siguiente para tener liquidez inmediata, pero perderían entre un 30% y un 40% del valor inicial, a la vez que renunciarían a los cupones anuales del 6%, a los dividendos y a una probable revalorización de la cotización en la Bolsa.
A los que vayan por la vía del plazo fijo, como los del grupo BMN, tienen un horizonte de interés garantizado. La entidad ha ampliado hasta fin de mes el plazo de canje y ya ha reconvertido más de 800 millones de los 900 que tenía en cartera.
Son dos ejemplos de los bancos con mayor implantación y cuota de mercado en la Región de Murcia, aunque todas las entidades han manejado este producto. Las organizaciones de consumidores, como el caso de UCE, ha puesto como ejemplo la solución ofrecida por BMN; mientras que en el caso de Sabadell-CAM, su capacidad para responder a esta situación y su nivel de solvencia acaban de ser reconocidos por Merrill Lynch.
Rajoy: «Es un serio problema»
El problema ha tomado una derivada política y judicial. El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, cree que el Gobierno central debe ayudar a los afectados. La semana pasada, Mariano Rajoy dijo en el Congreso de los Diputados que el Ejecutivo está trabajando para solucionar este «serio problema» y aludió a la actuación «incorrecta» de las entidades financieras. Apuntó que se exigirá más transparencia para que no vuelva a suceder y anunció la creación de una subcomisión en el Congreso para que el Banco de España y el Comisión Nacional del Mercado de Valores tomen cartas en el asunto, aunque fueron dos organismos que toleraron estas prácticas. El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya Alfred Bosch habló directamente de «fraude masivo».
Mientras tanto, organizaciones de defensa de usuarios de servicios bancarios, como Ausbanc y Adicae, junto con gabinetes de abogados, multiplican sus iniciativas contra las entidades financieras. En paralelo, la Fiscalía General del Estado ha empezado a actuar y ya se han abierto diligencias por casos concretos en Andalucía y Galicia. En esta última, se ha descubierto que se colocaron preferentes a personas analfabetas que firmaron con la huella dactilar.
En la Región de Murcia, la Fiscalía del TSJ no tiene constancia de ninguna denuncia presentada en los juzgados ordinarios.
El colmo para muchos analistas es que algunas entidades estuvieron vendiendo preferentes hasta principios de 2011, con toda la crisis encima y con unos improbables beneficios bancarios. Quienes pudieron se salieron a tiempo, pero otros muchos no y se han visto convertidos en inversores a la fuerza como única forma de recuperar sus ahorros. Las preferentes fueron reguladas en el año 2003 a través de una ley mediante la cual se establecía la obligatoriedad de cotización en los mercados de renta fija, así como su régimen fiscal.
Dado que se trataba de producto con carácter perpetuo y sin fecha de vencimiento, para recuperar el dinero había que ponerlas a la venta y esperar que alguien las comprara en la siguiente emisión. El cruce era rápido en los años de bonanza económica. Su atractivo ha sido la alta remuneración, muy por encima de los depósitos, con cifras que superan el 7% anual: ha habido algún caso especial en el que se llegó a pagar por encima del 15%, indican varias fuentes. Otras entidades, por el contrario, ofrecían una rentabilidad muy baja, del 3%, y aún así las colocaba.
El pago de los intereses o cupón estaba en función del beneficio de la entidad emisora, de tal forma que el banco no estaba obligado a pagar si ese año no obtenía beneficios. A partir del 1 de enero de 2013, y según la normativa Basilea3, las participaciones preferentes dejan de contar para el TIER-1, es decir que ya no sirven para reforzar el capital de un banco. No están garantizadas por el Fondo de Garantía de Depósitos, a diferencia de las cuentas corrientes o los depósitos a plazo fijo. En estos momentos, una vez que se canjeen por acciones o por depósitos a plazo fijo, este dinero sí contará como recapitalización y reforzará el core capital de las entidades.
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