La procesión conocida popularmente como la de los 'salzillos' ha salido esta mañana con la mirada pendiente del cielo. Hasta primera hora de la mañana se ha mantenido la cautela respecto a la meteorología, aunque finalmente la lluvia ha respetado a la tradición y han podido procesionar los nueve pasos de los que ocho salieron de las manos del ilustre imaginero murciano.
Junto a las esculturas de Salzillo desfila también la noble imagen del titular, un impresionante Nazareno, datado en el 1600, obra de Aguilera.
Antiguamente se esperaba a que el primer rayo de sol bañara con su luz el rostro de la Dolorosa, a su salida del templo. Incluso un año se desmontaron unas conejeras que un vecino había colocado en el terrado de su casa, porque impedían que el sol se bañara en las lágrimas de la Virgen.
Las puertas del templo se han abierto para dar paso a la Santa Cena, realizada por Salzillo en 1763, el público se ha dejado arrastrar por la belleza del conjunto escultórico, compuesto por Jesús y los doce apóstoles. Cada uno de ellos expresa en su rostro y en su actitud, el momento histórico que se recrea y su propia personalidad. La mesa, exquisitamente preparada, luce una vajilla de plata del siglo XVIII con suculentos manjares. Este paso sustituyó en la cofradía a otro similar que había hecho Nicolás Salzillo, y que no terminaba de convencer a los cofrades. ¿Qué sentiría el maestro Francisco, mientras manejaba la gubia, sabiendo que su obra iba a desbancar a la de su progenitor?
Detrás desfila la Oración del Huerto, grupo escultórico compuesto por San Juan, San Pedro y Santiago el Mayor, que parecen dormitar, mientras el más bello ángel salido de mano humana muestra el Cáliz de la Pasión a un Jesús angustiado, delante de una palmera que todos los años confecciona en la tarde de Jueves Santo, Pedro Zamora Romero, en el que se cumple la octava generación de cabos de andas del paso de la Oración. Su familia se encarga de mantener viva la tradición de hacer la palmera y colocarle los dátiles, muy efectivos, según se cuenta, contra la infertilidad.
La tercera hermandad es la del Prendimiento. Representa el momento en que Jesús recibe el beso hipócrita de Judas, mientras San Pedro desenvaina su espada para defender al Maestro y Malco se muestra aterrorizado. Un soldado romano, que viste armadura de la época de Carlos III, dentro de los anacronismos propios de Salzillo, intenta detener a Jesús.
Jesús en la Columna desfila en cuarto lugar, mostrando una bella imagen dolorida de Jesús, mientras dos sayones lo azotan con ramas de espino y otro, caído en el suelo le saca burla.
El paso de la Mujer Verónica muestra un rostro de mujer entre melancólica y angustiada mientras extiende el paño con la faz de Cristo. La cofradía posee una amplia colección de paños, pintados por ilustres autores. Suelen rotarlos, entre ellos destaca el de Valdivieso, y el de Pedro Cano.
El sexto paso muestra a Jesús caído en el suelo, junto a dos sayones, que le martirizan y Simón de Cirene, ayudando a levantar la Cruz. Este paso, realizado en 1752, fue el que abrió al maestro la cofradía de Jesús, ya que gustó tanto que decidieron ir sustituyendo los antiguos pasos que tenían, por otros realizados por Salzillo.
Detrás va el titular, Nuestro Padre Jesús Nazareno, que lucirá la magnífica túnica barroca del IV Centenario, bordada en los talleres malagueños de Juan Rosén. Sobre su hombro izquierdo la preciosa cruz de carey del Yucatán, que lleva incrustados los signos de la Pasión hechos en nácar. Su paso enciende un fervor reverencial de siglos.
Le siguen San Juan y la Dolorosa, dos espléndidas tallas, de singular belleza. El orgullo de todos los murcianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario