Preparan un estudio de fondeo en la gola de La Manga para identificar a los propietarios de los barcos obligarles a retirarlos
10.07.10 - 00:49 -
ANTONIO LÓPEZ CARTAGENA. / La Verdad
La afición a la navegación y a pasar un buen día en el mar está haciendo estragos en los paisajes costeros de la Región. Flotas de barcos, la mayoría de recreo, están fondeados libremente y sin control en plena zona de baño, e incluso en canales, donde según la ley de Costas está terminantemente prohibido. No sólo afean la playa e impiden bañarse a la gente, sino que contaminan las aguas. Pero eso se va a acabar al menos en el canal de Marchamalo de La Manga, donde alrededor de un centenar de embarcaciones están amarradas a los 'muertos' de hormigón de forma ilegal y sin control.
La Demarcación de Costas del Estado, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, cuya responsable es Francisca Baraza, se ha propuesto terminar con esta ilegalidad. Está tomando nota de las matrículas e identificarán a los propietarios de las embarcaciones fondeadas en la gola, a través de la Capitanía Marítima, para obligarles a quitarlas de allí.
Normativa nacional
La normativa nacional prohibe fondear embarcaciones en los canales de acceso y zonas de maniobra de las dársenas, salvo en caso de un peligro inmediato y grave. La ley otorga un plazo de unos 15 días desde el aviso para que la embarcación sea retirada y, si ésto no se cumple, se abre un expediente sancionador.
Según la jefa de Costas, Francisca Baraza, se trata de un problema extendido en el Mar Menor y que no sólo corresponde solucionarlo a su departamento, sino también a la Comunidad Autónoma, Capitanía Marítima e incluso al Ayuntamiento de quien dependa el canal o el espacio donde la embarcación esté fondeada.
Según explicó el presidente de la comunidad de propietarios de Puerto Bello JA, Julián García Bas, una de las cuatro asociaciones de vecinos que rodean el canal de Marchamalo, la culpa es de la Demarcación de Costas «que por su dejadez, permite que los barcos estén allí».
Las embarcaciones son de turistas y vecinos de la zona que al no tener un punto de amarre en un puerto deportivo lo dejan fondeado allí. «La gente se busca la vida como puede. Muchos no se permiten pagar lo que les piden en un club náutico. Además, los que hay en los alrededores del canal están saturados y hay largas listas de espera», dijo García Bas.
Lo cierto es que algún día las embarcaciones fondeadas en el canal tendrán que regularizar su situación, si sus propietarios no quieren recibir una multa. Los vecinos critican, que la proliferación de los barcos de recreo tienen parte de culpa del deterioro que sufre el canal, donde la suciedad y el fango cada vez son más visibles.
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