La Opinión JESÚS VIARTOLA Quien pretenda bañarse en una playa de Cartagena, Mazarrón, Águilas, San Javier o Lorca cuando ondea la bandera roja que advierte del mal estado de la mar se arriesga a que la Policía Local le imponga una multa que puede alcanzar los 1.500 euros. Y en el caso de Cartagena, los agentes no tienen órdenes de hacer la vista gorda precisamente. Así lo recordó ayer el director de Seguridad del ayuntamiento de la ciudad portuaria, Carlos Nieto, quien advirtió de que la ordenanza que regula el uso de las playas, aprobada en 2007, se seguirá aplicando este verano «con el mismo rigor que hasta ahora», y más después de que el pasado domingo un hombre de 35 falleciese en La Manga al meterse en el agua cuando el pabellón rojo estaba izado. «Los bañistas tienen que entender que, si hacen caso omiso de las señales de peligro, no están poniendo en riesgo sólo su vida, sino también la de los socorristas que acudirá a rescatarlo», precisó Nieto, quien explicó que aún está por determinar si el fallecido el domingo pasado en la playa del Entremares, un súbdito marroquí de 35 años de edad que apenas sabía nadar y que tenía problemas de visión, murió por síndrome de inmersión o por otras causas. Ejemplo de que la ordenanza que regula el uso de las playas no es papel mojado son la docena de sanciones que se impusieron el año pasado, recordó Carlos Nieto. El del domingo fue el segundo fallecido en playas de Cartagena desde el inicio de la temporada estival. El primero de ellos fue encontrado flotando en Cala Cortina por unos bañistas el pasado 20 de junio, aunque en ese momento no ondeaba la bandera roja. Seis rescates en Águilas Por otra parte, los socorristas de la Cruz Roja en Águilas rescataron el domingo a seis bañistas que presentaban dificultades para alcanzar la orilla, dos de ellos menores Fuentes de la Cruz Roja explicaron que durante la jornada del domingo fue necesario multiplicar las tareas de vigilancia y control de las zonas de baño por el viento de Levante que azotó la costa. Los primeros rescates fueron practicados en la playa de La Higuerica, donde los socorristas tuvieron que sacar del agua a dos adultos y dos menores. También en la playa de Matalentisco fueron rescatados del mar dos adultos que sufrieron un síndrome de inmersión.
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