Supera al Rayo Vallecano en un partido loco en el que los locales mandan tres balones a la madera y Toché falla un penalti
FRANCISCO J. MOYA fjmoya@laverdad.es.-
El FC Cartagena abandonó ayer el estadio de Vallecas, uno de los más complicados de toda la división de plata, con el buen sabor de boca que siempre deja llevarse tres puntos en un partido que pudo acabar con derrota y, sobre todo, con el convencimiento de que el ascenso a Primera División ha dejado de ser definitivamente una quimera, para convertirse en la aspiración lógica de un equipo fantástico.
Es cierto que el Rayo Vallecano dominó más y tuvo más llegadas al área rival. Es verdad que De Lucas se ayudó de la mano para controlar el balón que Ander Lafuente terminaría alojando en la red en la jugada del 0-1. Se puede admitir, incluso, que el cuadro de Juan Ignacio tuvo ayer la suerte de cara en Vallecas, ya que los locales mandaron tres balones a la madera.
Pero lo que es absolutamente indiscutible es que este Efesé tiene una habilidad (tal vez sea un don o sea simplemente magia) que casi ningún otro equipo de esta Liga Adelante posee. El cuadro de Juan Ignacio es capaz de amoldarse a cualquier situación y a cualquier contrincante para sumar de tres en tres. Se adapta. Se amolda. Este Cartagena te golea jugando al fútbol como el Barça de Guardiola. Pero también te aniquila practicando un fútbol 'bilardista'. Lo vio en San Sebastián. Lo aprendió en Alicante. Tras esos dos injustos golpes, Juan Ignacio lo tuvo claro. Primero, los puntos. Después, el juego.
Ayer, en un campo estrecho, pequeño y resbaladizo, tocaba resucitar el modelo de Valencia (ante el Levante) o el de casa ante Huesca y Recreativo. Había que trabajar mucho en defensa y aprovechar la fantasía de Toché, Lafuente y De Lucas. Falcón y Longás tenían que ayudar a Héctor Yuste en el trabajo sucio. El 'tiki-taka' quedaba reservado para otra tarde más propicia. Y, como el Cartagena está tan bien trabajado, hubo premio.
En la primera media hora se cumplió el guión soñado por cualquier aficionado del Cartagena. Txiki y Héctor Yuste se hicieron con el control y aparecían por todos sitios para frenar a los incisivos Piti, Quero y Rubén Castro. El Efesé esperaba su ocasión para dar un zarpazo. Y llegó. Pero no fue uno. Fueron cuatro.
Intercambio de golpes
Como el Cartagena tiene tantísimo talento de medio campo hacia adelante, bastaron cinco minutos para dejar el partido sentenciado. Ya saben: la pegada de este Efesé. El problema es que el Rayo Vallecano, que también dispone de un buen arsenal arriba, reaccionó rápido y en un minuto de desorientación de la defensa albinegra neutralizó un 0-2.
El primero de los cuatro golpes en cinco minutos (del 24 al 29) del Efesé lo dio Ander Lafuente, quien anotó el 0-1 con un derechazo espectacular. En la siguiente acción, Longás, tras una internada maravillosa, no hizo el segundo porque se encontró con un gran Cobeño, quien dos minutos después paró un penalti a Toché. El cuarto zarpazo albinegro fue el 0-2, que llegó gracias a un preciosa vaselina de Toché, quien no se paró ni un segundo a lamentarse por el penalti desaprovechado.
Con la tarde casi resuelta, dos errores defensivos provocaron que dos defensas locales, Arribas y Tito, se convirtieran en héroes por un día. Los de Pepe Mel entraron en el minuto 38 aniquilados y salieron del 39 con la sensación de que la remontada -otra más en Vallecas- era factible. En la segunda mitad, los locales pudieron llevarse el partido, pero fue Txiki, otro defensa, quien se convirtió en el héroe de una victoria con sabor a Primera.
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