domingo, 16 de noviembre de 2008

CARTAGENA/ San Antón, Lo Campano y Las Seiscientas son los barrios que más sufren la crisis

Decenas de personas piden cada lunes en el Banco de Alimentos comida para niños «Los inmigrantes ya no son los únicos necesitados», advierte el presidente de Cáritas 16.11.08 - ROCÍO GONZÁLEZ CARTAGENA/ La Verdad
Un grano de arena se ha convertido en una montaña en poco tiempo para quienes pasan fatigas en los barrios más humildes. Una hipoteca que no pueden pagar y una familia que mantener. Todo ello se complica si además se ha perdido el puesto de trabajo. Familias que viven en Lo Campano, en San Antón y en la barriada Virgen de la Caridad (Las Seiscientas) son las que peor lo están pasando por culpa de la crisis económica, asegura el presidente de Cáritas en Cartagena, el sacerdote Francisco Montesinos. «En estos sectores de la ciudad siempre ha habido más pobreza que en otros y ahora se incrementa, aunque esto no quiere decir que las personas que vivan en el centro tengan menos dificultades para llegar a fin de mes», matiza. Los problemas más evidentes los tienen los habitantes de los barrios humildes y trabajadores. Este es el caso de la barriada Virgen de la Caridad. «Hay mucho paro. Hasta que los inmigrantes no regularizan su situación tenemos que ayudarles. Los más necesitados son los senegaleses y los gitanos; los menos son los ecuatorianos. En medio de ellos están los cartageneros. Ahora hay muchos que no pueden llegar a fin de mes», reconoce el presidente de la Asociación de Vecinos de la Caridad, Juan Gómez. Trabajo comunitario Unos talleres para combatir la crisis. Ésa es la mejor fórmula que encuentran en una de las más dinámicas e integradoras asociaciones de vecinos de Cartagena para ayudar en su zona de influencia. «Programamos talleres para que los que se han quedado sin empleo puedan realizar algún trabajo comunitario como fontanero o pintor y que esto les sirva de experiencia profesional», explica Gómez. Además, el presidente de la asociación dice que a los más necesitados les proporcionan una ayuda mínima para que puedan cubrir los gastos de agua y luz. «También acudimos todos los lunes al Banco de Alimentos. Allí nos dan comida para los niños. A muchas personas les da vergüenza reconocer que necesitan ayuda y tenemos que asistirles de otra manera», comenta Gómez. Esta nueva clase de pobreza, que no pide ayuda, crece a un ritmo «acelerado», asegura el responsable de Cáritas. Familias normales, que antes podían vivir el día a día con su sueldo y que ahora a causa de la crisis económica, se tienen que apretar el cinturón con más fuerza. «Los inmigrantes ya no son los únicos que necesitan nuestra ayuda», afirma Francisco Montesinos. La inestabilidad laboral y los recortes de ingresos quitan el sueño a muchas personas, pero más aún a los vecinos de esos barrios. Según Gómez, en Las Seiscientas hay cada vez más corrillos de vecinos y, en su opinión, degradan la imagen del barrio. «La crisis es nuestro principal tema de conversación. Los vecinos discuten lo mismo las 24 horas del día. A cada hora hay formados corrillos en la calle. Esto no pasaba antes», asegura el presidente de la Asociación de Vecinos de la barriada Virgen de la Caridad.

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