Rechazaron en la primera reunión con el Ministerio la vuelta a la reválida porque supondría un riesgo de "segregación" para los alumnos
03.07.12 - 08:00 -
DAVID VALERA | MADRID/ la Verdad
La reforma educativa no es viable con la política de recortes. Esa es la idea principal que los sindicatos mayoritarios de la enseñanza han trasladado este lunes al ministro de Educación, José Ignacio Wert, en la primera toma de contacto entre ambas partes después de la huelga general en educación del 22 mayo. Y es que consideran que cualquier cambio para mejorar el sistema debe ir acompañado de inversión y no de los actuales ajustes.
El Gobierno ha prometido buscar el máximo consenso para aprobar su reforma educativa. De momento está lejos de conseguirlo y parece que tendrá que sudar si realmente lo quiere. “Los recortes no pueden ser el punto de partida de la reforma”, ha asegurado el representante de STES, Augusto Serrano. Y es que los sindicatos UGT, CC.OO, CSI-F, STES, ANPE y CIG han explicado al Ministerio su disposición a negociar “hasta la extenuación”, pero también han dejado claro que la posibilidad de un acuerdo pasará siempre por cambios en el Real Decreto aprobado en abril y que supuso un recorte de 3.000 millones en educación.
En esa normativa se aumentaban las horas lectivas a los profesores y el ratio de alumnos por aula. “El conflicto sigue abierto. Si el Gobierno quiere consenso tendrá que cambiar parte de las medidas”, aseguró Serrano, quien dejó claro que las negociaciones no impiden nuevas movilizaciones de protesta en el futuro. “No coincidimos en muchas de las medidas que se plantean”, ha explicado en la misma línea José Campos de CC OO. Desde CSI-F han reclamado garantías a la calidad en el empleo del personal docente, algo que a su juicio, no es posible con la reforma presentada.
Por su parte, la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, Montserrat Gomendio, ha desvinculado las conversaciones de la reforma educativa de los ajustes aprobados en el Real Decreto. “Los recortes es un tema separado que se llevó a cabo para cumplir con los objetivos de déficit”, ha explicado Gomendio. Además, ha pasado la pelota al tejado de las Comunidades Autónomas al señalar que depende de ellas la “intensidad” con la que se apliquen esos ajustes.
Contra la reválida
Además de los recortes, a los sindicatos tampoco les gusta una de las principales novedades de la reforma educativa: la vuelta a la ‘reválida’ y la eliminación de la Selectividad. En el borrador del Gobierno, en lugar de la actual PAU, los alumnos que quieran estudiar una carrera deberán realizar un examen final de Bachillerato y posteriormente superar la prueba establecida por las universidades, que de esta manera, tendrán total libertad para crear su propio sistema de elección de alumnos.
Los sindicatos consideran que con esta fórmula existe el riesgo de segregar a los alumnos por centro. Tampoco están conformes con las evaluaciones al acabar cada una de las fases educativas, es decir, en 6º de Primaria y en 4º de la ESO. En la propuesta del Ministerio los alumnos que no superen estas pruebas tendrán que repetir. Los sindicatos creen que es una manera de deslegitimar la labor del profesorado. La reforma también contempla adelantarán los itinerarios orientados hacia la Formación Profesional o el Bachillerato en el último curso de secundaria obligatorias o en algunos casos, en 3º de la ESO a través de algunas optativas.
Wert aseguró el pasado viernes que la reforma responde a la necesidad de acabar con el elevado fracaso escolar de los estudiantes españoles. Mejorar los pésimos resultados que año tras año ponen de relevancia los informes PISA es una de las obsesiones del Gobierno. Para ello reforzará con aumento de hasta un 25% de las horas lectivas, sobre todo, en Secundaria, las asignaturas instrumentales como Matemáticas, Lengua o Lengua Extranjera en detrimento de las optativas. Otra medida que para los sindicatos genera incertidumbre.
En cualquier caso, la reunión de este lunes es el primero de los muchos encuentros que tendrá el Gobierno con los agentes educativos en la búsqueda del consenso al que el ministro, José Ignacio Wert, se refirió de manera constante durante la presentación de las líneas generales de la reforma educativa en el último Consejo de Ministros. Sin embargo, pese a la disposición a dialogar, los plazos están marcados. El objetivo del Ejecutivo es tener aprobada la reforma antes de fin de año, para que se aplique en su totalidad en los próximos tres años.
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