Los ecologistas critican la pasividad de la Comunidad ante una roturación excesiva en La Miguelota y otra sin licencia en Sierra Gorda
13.05.10 - 01:18 -
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ CARTAGENA.
La organización ecologista Anse denunció ayer la presunta roturación ilegal de montes en Cartagena ante la elevada demanda de áridos para las obras de ampliación del puerto de Escombreras, una infraestructura en la que la Autoridad Portuaria lleva trabajando ya una década. En un recorrido por distintas canteras del Valle de Escombreras, los naturalistas mostraron a 'La Verdad' los efectos ambientales de las extracciones, entre los que destaca que la destrucción del monte donde está ubicada la cantera La Miguelota es visible ya desde la carretera de El Gorguel.
Según Anse, la empresa responsable de la explotación ha sobrepasado los límites físicos fijados por la Dirección General de Minas de la Comunidad Autónoma en el llamado plan de labores de la cantera.
Al superpuerto está llegando también piedra sacada de la falda de la Sierra Gorda, en concreto del paraje donde en su día estaba la fábrica de explosivos de Alumbres.
Se trata de una zona apenas visible desde la carretera de Escombreras y donde Minas no tiene autorizada ninguna cantera, según confirmó ayer a este diario el citado departamento de la Comunidad.
Según fuentes municipales, agentes medioambientales de la Policía Local levantaron hace unos días acta de la presunta infracción por parte de la empresa Cartagenera de Subproductos y Derribos, la misma a la que Minas paralizó hace unos días la extracción de áridos en la cantera El Corral, de Lo Campano.
El Ayuntamiento traslada estas denuncias al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y a Minas.
Anse recordó que a las obras para ganar terreno al mar en Escombreras, cuyo grado de ejecución es superior al 60%, llegó también material procedente de una cantera ilegal de Roche explotada también por la citada empresa.
La destrucción de Aguilones
También se empleó material de Las Balsetas, una cantera situada en pleno corazón del valle industrial y cuyos dueños no han cumplido todavía la restauración de la cubierta vegetal exigida por la Comunidad.
El portavoz de Anse, Pedro García, añadió que las obras de ampliación del puerto supusieron también en 2001 la destrucción de veinte hectáreas de la Punta de Aguilones, un cabo dinamitado a pesar de que la Universidad de Murcia lo inventarió como Lugar de Interés Geológico. El proyecto original incluía, además, «cargarse la mitad de la Isla de Escombreras», apuntó García.
A su juicio, la mala planificación de las necesidades de material del superpuerto está implicando un coste ambiental «brutal».
«Estamos arrojando al mar buena parte de nuestros montes para rellenar un puerto que iba a ser para contenedores de mercancías, pero una parte fue dada en concesiones a dos cementeras porque no había dinero suficiente para acabar la obra. Y encima, una de esas empresas lleva más de un año parada y la otra aún no ha empezado la construcción de su planta», explicó García.
El relleno del último dique y la urbanización de la explanada (la terminal polivalente de graneles) costará 38 millones de euros.
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